miércoles, 27 de enero de 2016

Enséñanos a ocupar el lugar que nos corresponde




Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada —afirma el Señor. 
Jeremías 9:24.


Lectura: Jeremías 9:23-24. Versículo del día: Jeremías 9:24.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente no hay dicha más grande que conocer al Señor. Ni la sabiduría, ni el poder ni la riqueza nos darán tanto como el conocimiento de Dios. Teniendo al Señor en nuestras vidas lo tenemos todo. Él abarca todo cuanto necesitamos y lo es todo. La sabiduría del mundo no sirve; tampoco sacamos nada con tener el poder en las manos o todo el oro del mundo si no tenemos lo más importante que es Dios.
Infortunadamente el hombre ha suplantado a Dios por otros ídolos como el poder y la riqueza y esto es pecado. Analicemos solamente el hecho de tener dinero hasta para botar por lo alto pero sin salud; ¿de qué nos sirve? El dueño de nuestra vida es Dios y si a Él le place no dárnosla, ¿quiénes somos para refutarle? Por eso mismo el ser humano no debe vanagloriarse ni ufanar de lo que posee. Dios es Soberano y puede en el momento menos pensado quitarle todo aquello que lo convirtió en idólatra.
Aprendamos a entender que no somos más que barro en sus manos; que nos gozamos por conocerle y ser sus hijos; que todo cuánto somos o poseemos no son más que dádivas prestadas mientras pasamos por aquí en esta tierra. Comprendamos que lo más importante no es de este mundo, nos espera la grandiosa patria celestial a la que solamente podemos llegar los que le conocemos y comprendemos que el Señor es el Gran Yo Soy, el que dijo Ser.

Amado Señor: infinitas gracias te damos por habernos mirado con dulzura y misericordia para atraernos a tu reino y poder contar tus maravillas. Sólo Tú eres Grande Señor y eres el Soberano Rey que actúas con amor, con justicia y con derecho. Enséñanos a ocupar el lugar que nos corresponde para no robarte tu gloria. ¡Bendito y alabado eres buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: