domingo, 19 de abril de 2015

Reconociendo quién es Jesús de Nazaret




Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano. 
Mateo 8:8.


Lectura: Mateo 8:5-13.  Versículo del día: Mateo 8:8.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Hasta dónde llegó la fe del centurión!  Entendió perfectamente quien le hablaba y creyó firmemente en su palabra hasta el punto de reconocer la grandeza de Dios al lado de lo que él era. Este pasaje me recuerda la parábola del hijo pródigo quien también le dice a su padre: No merezco que me llames tu hijo” (Lucas 15:21), y es que cuando razonamos quién es en verdad Dios, nos sentimos y vemos tan pecadores que nos parece imposible que Él voltee con tanto amor y misericordia sus ojos hacia nosotros. No somos dignos de tanto amor. Y no fue solamente la sanidad física del siervo del centurión; el mismo centurión estaba recibiendo alimento espiritual al aumentar su fe: “Luego Jesús le dijo al centurión: —¡Ve! Todo se hará tal como creíste” (v. 13).
Varias cosas para meditar: el amor de Dios no hace acepción de personas, es ilimitado. El centurión no era judío, era gentil y al servicio del imperio romano que tenía subyugado al pueblo judío, y el siervo un esclavo que poco o nada era valorado en esos tiempos. El Señor los tuvo en cuenta y también para ellos fue su compasión. Y en mi concepto, muy importante la humidad del centurión al concebir la autoridad y soberanía de Jesús. Reconozcamos quién es en verdad Jesús de Nazaret.

Amado Señor: Te pedimos perdón porque aun conociendo tu Palabra y decirnos cristianos, muchas veces somos indiferentes ante el dolor ajeno. Otras tantas, pasamos por alto tu poder y majestuosidad olvidando quien eres. Permite que nuestra fe crezca más allá de lo natural, para ver con ojos sobrenaturales lo que Tú haces como Rey de reyes y Señor de señores que eres. Gracias por haber fijado también tus ojos en nosotros sin tampoco merecerlo.

Un abrazo y bendiciones.

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