¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en su lugar santo?Salmo 24:3.
Lectura: Salmo
24:1-10. Versículo del día: Salmo 24:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Ya no tenemos necesidad
de ir a un lugar santo para reencontrarnos con el Señor. Ahora es Él mismo
buscándonos y atrayéndonos para que le sigamos. Es nuestra propia vida la que
decide si queremos estar en su presencia y escuchar su voz. El versículo
siguiente nos responde: “Sólo el de manos limpias y corazón puro, el que no
adora ídolos vanos ni jura por dioses
falsos” (v. 2). Cuando el Señor murió el velo del templo se rasgó en dos con el
fin de demostrarnos que ahora hay acceso directo a Dios y ya no se necesitan
más sacerdotes que sacrifiquen animales para la expiación de los pecados,
porque el Cordero inmolado que quita los pecados del mundo, acababa de hacerlo
por todos nosotros. Lo importante es entender la obra redentora de Jesús y
aceptarla en el corazón. En el Salmo de hoy, David como profetizándonos nos revela
que el Rey de la gloria es el Señor. El fuerte, el valiente guerrero, el
Todopoderoso (vv.8 y 10), y vemos la confirmación en Apocalipsis 19:16: “En su
manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE
SEÑORES”.
Así que la única manera
de tener manos limpias y corazón puro es aceptando al Rey de reyes en nuestra
vida como Señor y Salvador personal. Dejando que el Espíritu Santo haga su obra
regeneradora para empezar a llevar una vida íntegra. Busquemos al Señor
Jesucristo quien nos abre las puertas para estar en su presencia.
Amado Jesús:
Reconocemos que eres el santo Hijo de Dios sacrificado por nosotros. Te
aceptamos en nuestras vidas como Salvador personal. Eres el Rey de reyes y
Señor de señores y nos rendimos plenamente a Ti. Gracias por tenerte y hablarte
cada vez sin ningún preámbulo. ¡Gracias buen Jesús!
Un abrazo y
bendiciones.
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