Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.Mateo 9:6.
Lectura: Mateo 9:1-13.
Versículo del día: Mateo 9:6.
MEDITACIÓN DIARIA
No es necesario estar
en una camilla, con muletas o en silla de ruedas para paralizarnos. Hay
situaciones que nos paralizan más que las dolencias del cuerpo y precisamente
para eso vino el Señor Jesús. Vino para darnos plena libertad de espíritu, de
corazón y de cuerpo. Romanos 8:32 dice: “y conocerán la verdad, y la verdad los
hará libres”. No hay otra verdad, sino la manifestada precisamente al
paralítico de quien tiene poder y autoridad para levantar enfermos: Jesucristo.
En el mundo estamos
cautivos por muchas situaciones que nos abruman: situaciones económicas y
matrimonios en crisis; hijos descarriados o afligidos; enfermedades terminales;
el mismo mundo alborotado sin querer aceptar nada de Dios sino enrolado en una
inmoralidad sexual abrumadora o la misma corrupción de nuestros países, hacen
que la paz que albergamos vaya decayendo porque aun somos sensibles y nos falta
fortaleza para resistir al maligno. Cristo Jesús quiere darnos todo su apoyo.
Él es la solución para sacarnos avante y ponernos nuevamente a caminar. No hay
que temer aquello que nos paraliza. Tenemos que rendirnos completamente a Él;
conocerle y creerle como lo que dijo ser: El camino, la verdad y la vida (Juan
14:6). No hay una verdad más veraz, que la misma Verdad que es Jesucristo. La
Verdad que es el único camino para ir al Padre y darnos vida eterna con Él.
Cojámonos fuertemente
de esa Verdad para levantarnos, tomar la camilla y empezar a andar. Jesús es
quien dijo ser; quien manifestó su poder y misericordia y aún lo hace.
Amado Señor: Todavía a
pesar de conocerte estamos subyugados a los ataques del enemigo quien a fuerza de engaños quiere
robarnos la paz y fortaleza que Tú nos has brindado. Danos nuevos ímpetus y
discernimiento para afrontar cualquier situación que nos esté atormentando y desata
las cadenas que nos tienen presos o acorralados. Necesitamos de Ti Señor para
ser completamente libres, levantarnos y proseguir la marcha. Gracias buen Dios
por escucharnos.
Un abrazo y bendiciones.
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