En aquel tiempo Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños.Mateo 11:25.
Lectura: Mateo
11:25-30. Versículo del día: Mateo
11:25.
MEDITACIÓN DIARIA
Personalmente considero que Dios
ante todo necesita es la disposición de la persona para seguirlo. La relación
con el Señor debe ser tal que se compagine todo lo suyo con lo nuestro. Seguir
a Cristo es vivir para Cristo, ser como Cristo y actuar como Cristo. En este
andar continúo nos vamos moldeando a su imagen. Pienso en el apóstol Pedro
quien era un sencillo y humilde pescador; cuando estuvo al lado de su Maestro
llegó a entender profundamente quién era en verdad Él, que le respondió: “¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y
sabemos que tú eres el Santo de Dios” (Juan 6:68-69); “Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro” (Mateo 16:16). El Señor le hace
saber que eso no se lo reveló ningún mortal sino el Padre que está en los
cielos y de igual modo sucede con nosotros: disponernos para que toda su
Palabra nos sea revelada: “Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de
su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios”
(1 Corintios 2:10). Si miramos el caso
de Pedro que no tenía la cultura ni el estudio de Pablo entendemos que: “Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y
escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos” (1 Corintios 1:27).
En su infinita misericordia supo elegir a eruditos como Pablo y no tan instruidos
como Pedro para su obra evangelizadora. Ambos instrumentos valiosos en sus
manos.
No nos creamos sabios en nuestra propia opinión,
busquemos la sabiduría que viene de lo alto. La que nos hace niños para
seguirle y amarle espontánea y sencillamente (Mateo 18:3). Y pongamos atención
porque también nos dice su Palabra: “sean astutos como serpientes y sencillos
como palomas” (Mateo 10:16). No nos engañemos; “Si alguno de ustedes se cree
sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser
sabio” (1 Corintios 3:18).
Amado Señor: Enséñanos a ser como niños para
tener la disposición de buscarte y aprender de Ti sin tantos preámbulos ni
cuestionamientos. Necesitamos tu sabiduría; guíanos por tu camino y haznos
entender que buscas un amor puro y candoroso para seguirte.
Un abrazo y bendiciones.
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