lunes, 2 de febrero de 2015

Restaurando relaciones heridas




Acéptame el regalo que te he traído. Dios ha sido muy bueno conmigo, y tengo más de lo que necesito. Fue tanta la insistencia de Jacob que, finalmente, Esaú aceptó. 
Génesis 33:11.


Lectura: Génesis 33:1-20.  Versículo del día: Génesis 33:11.

MEDITACIÓN DIARIA

En los hogares pueden resultar conflictos de un momento a otro entre los hermanos.  Pueden llegar por malos entendidos, porque en una conversación hubo divergencias y los ánimos se caldearon; se hirieron y se hicieron daño. En el caso de Esaú había resentimiento hacia Jacob su hermano, por haberle usurpado sus derechos.
Tristemente en muchos hogares se observan situaciones similares y en  ocasiones, auspiciadas por los propios padres que quizá igual que Rebeca la madre de estos gemelos, demuestran sus preferencias excesivas por alguno de sus hijos. Esta circunstancia va creando resentimiento en el corazón de los hermanos aislados; tarde o temprano se romperá el cántaro sacando a la luz todo el rencor u odio albergado en su interior por mucho tiempo. Es bueno y delicioso que los hermanos convivan en alegría (Salmo 133:1), y es deber de los padres velar porque así sea. Ahora si se presentan conflictos no hay de dejar que las cosas lleguen a mayores, recordemos que la blanda respuesta aplaca la ira mientras que la áspera sube el enojo (Proverbios 15:1). En estos casos hay que entender el perdón y apropiarse de él: perdonar y pedir perdón.
Las relaciones quebrantadas no solo afectan a los de nuestro entorno, afectan también nuestra relación con Dios y Satanás que es tan sutil se aprovechará  para ir creando raíces de amargura que con el tiempo darán sus frutos. Jacob en su huida tuvo una relación con Dios muy personal y sabía que no podía seguir de pelea con su hermano; por eso buscó la manera de honrarlo y reparar el daño causado, enviándole presentes que fueran apaciguando su ánimo. Hay que arreglar las relaciones quebrantadas porque de lo contrario estamos agraviando a Dios.
Hoy puede que tengas un problema con tu esposa(o), hijo(a), padres, hermanos e incluso con un hermano en la fe. Mi recomendación es que des el primer paso (Génesis 32:3-6), así no tengas la culpa; Dios bendecirá tu humildad. También hay que reconocer el error,  y el ofendido tener misericordia y perdonar. Si no perdonamos, tampoco seremos perdonados por Dios. Por la lectura vemos que Jacob pasó por encima de sus propios intereses materiales con tal de recibir el perdón de su hermano. El dinero no debe distanciar a los hermanos y si vemos, éste es un gran causante de discordias dentro de las familias.

Amado Señor: Te clamamos porque nos reveles y des valor para arreglar toda relación quebrantada sea o no de nuestra culpa. Sana las heridas causadas: tanto las que hemos recibido como las que hemos causado. Te pedimos perdón primero a Ti Señor y permítenos alcanzar de alguna manera el perdón y la reconciliación con las personas que estamos mal para restaurar completamente esa área en nuestras vidas. Afirma en nuestros corazones el amor por todas ellas. Gracias buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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