Los funcionarios de las provincias, los sátrapas, los intendentes y los administradores del rey apoyaban a los judíos, porque el miedo a Mardoqueo se había apoderado de todos ellos. Mardoqueo se había convertido en un personaje distinguido dentro del palacio real. Su fama se extendía por todas las provincias, y cada vez se hacía más poderoso.Ester 9:3-4.
Lectura: Ester
9:1-32. Versículos del día: Ester 9:3-4.
MEDITACIÓN DIARIA
Miremos lo que logra
una persona íntegra y radical en su fe: confianza, seguridad, respeto,
admiración y prestigio. Se le reconocerá más tarde por libertadora, decidida y
firme. Creo que los judíos de las provincias ni se imaginaban que su destino
daría un giro tan inesperado y total, como el que sucedió. Todo porque una
mujer temerosa de Dios y su padre adoptivo, resueltamente tomaron la decisión
de orar y ayunar para que Dios se manifestara en el corazón del rey y él
abogara en su favor.
Cuando nos disponemos
ante Dios quebrantados, reconociendo su grandeza y poder, no alcanzamos a
detectar hasta dónde pueden llegar su justicia, misericordia, perdón y amor.
Quizá ni nosotros mismos al orar sabremos cómo el Señor actuará en personas
remotas que Dios ha puesto en nuestros
corazones. El caso es que oramos y la bendición llega a donde tiene que llegar.
¡Hay tantas cosas por las que hay que clamar! No necesariamente las personas
tienen que decirnos su necesidad; el simple hecho de ver un noticiero con niños maltratados, mujeres violadas o ancianos
desprotegidos, nos lleva a interceder por todos ellos. Probablemente nunca
conoceremos la respuesta, pero Dios sí. “La oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago
5:16c).
No desaprovechemos las
oportunidades para hablarle a Papito Dios. En la casa, en el camino, en el
trabajo, en el estudio, en el viaje; siempre Él estará dispuesto a escucharnos
y se alegrará de saber que lo tenemos en el primer lugar.
Amado Dios: Hoy te
clamamos por todos los niños, en especial
los de Colombia. No permitas que Satanás se siga ensañando más con
ellos. Los niños son de tu reino Señor y pedimos que tu mano protectora se
levante para salvaguardarlos de todo mal. Gracias por escuchar nuestra oración
y velar por su bienestar.
Un abrazo y
bendiciones.
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