lunes, 16 de febrero de 2015

Contar bien nuestros días para saber trasmitirlo



—Ya tengo ciento treinta años —respondió Jacob—. Mis años de andar peregrinando de un lado a otro han sido pocos y difíciles, pero no se comparan con los años de peregrinaje de mis antepasados. 
Génesis 47:9.


Lectura: Génesis 47:1-12.  Versículo del día: Génesis 47:9.

MEDITACIÓN DIARIA

Cada día la tecnología va en aumento y aunque eso ha ayudado en el progreso de las naciones, también considero que ha hecho mucho daño en las relaciones familiares. La comunicación de antaño dejó de existir porque ya no hay espacio para las charlas en la mesa o después de la cena. Antiguamente era muy agradable escuchar a los mayores contar sus anécdotas y peripecias en el trajín diario de la vida y por qué no, sacar provecho de las mismas experiencias contadas por ellos. “Pregunta a las generaciones pasadas; averigua lo que descubrieron sus padres. Nosotros nacimos ayer, y nada sabemos; nuestros días en este mundo son como una sombra. Pero ellos te instruirán, te lo harán saber; compartirán contigo su experiencia” (Job 8:8-10).
Creo que sin dejar atrás lo nuevo, sí se debería retomar en los hogares este hábito para no olvidar nuestras raíces y precisamente dar gracias a Dios por tenernos donde estamos. “Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios por la tierra buena que te habrá dado.  Pero ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. No dejes de cumplir sus mandamientos, normas y preceptos que yo te mando hoy” (Deuteronomio 8:10-11). Por todo esto desde ahora, pidámosle al Señor que nos enseñe a contar bien nuestros días (Salmo 90:12) para que así se lo hagamos saber a los que vienen.

Amado Señor: Concédenos el don de la unidad familiar donde estés siempre reinando y donde valoremos las usanzas pasadas, poniéndolas de presente para sacarles provecho en los contratiempos futuros. Gracias Señor por la memoria de todos nuestros antecesores  y lo aprendido de ellos.

Un abrazo y bendiciones.

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