lunes, 23 de febrero de 2015

Ante el Señor no hay pero que valga






— Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra —objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar. 
Génesis 4:10.


Lectura: Génesis 4:1-17.  Versículo del día: Génesis 4:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando el Señor nos da una orden hay que ejecutarla sin traba ni disculpa alguna. Él le dijo a Moisés: “Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo” (Éxodo 3:10b). Moisés le responde a Dios con diferentes pretextos, como queriendo evadir la orden. Es explicable porque salió huyendo de Egipto por haber asesinado a uno de ellos; porque conocía las leyes del palacio más que ningún otro hebreo; porque nunca había convivido con sus hermanos de sangre ni con los de su pueblo; y especialmente porque había un impedimento físico que le hacía temer. No se sabe con certeza si era tartamudo o simplemente no era elocuente como su hermano Aarón. Sin embargo, Dios le da una orden y ahí no existe ‘pero’ que valga: “—¿Y quién le puso la boca al hombre? —le respondió el Señor —. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita?  Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir” (vv. 11-12 en la lectura); además pone a su hermano al lado y le dice: “yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer” (v. 15).
Moisés tenía una tarea que cumplir: Dios lo utilizó para sacar al pueblo de Israel de la esclavitud y opresión a la que estaban sometidos por los egipcios;  ese era el propósito de Dios en su vida y tendría que llevarlo a cabo así existieran múltiples impedimentos. La enseñanza es muy clara: las órdenes de Dios son para cumplirlas y si se trata de un mandato o misión por ejecutar, por más vueltas que demos, llegaremos al fin deseado porque: “El Señor cumplirá en mí su propósito” (Salmo 138:8). Lo mejor entonces es dejarnos llevar de su mano y permitirle actuar en cada uno como lo hizo con Moisés.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra ya que en ella nos muestras cuán importante es  obedecerte y hacer lo que te place. Enséñanos a entender que la obra que empezaste la culminarás con éxito y que la misión en nosotros se cumplirá pase lo que pase.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: