domingo, 8 de febrero de 2015

Somos bendecidos para bendecir




Por causa de José, el Señor bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que tenía el egipcio, tanto en la casa como en el campo. 
Génesis 39:5.


Lectura: Génesis 39:1-23.  Versículo del día: Génesis 39:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Dios bendijo a Potifar porque José se hallaba trabajando con él. Le servía con ahínco y responsabilidad y eso le bastó para que el funcionario del Faraón le confiara todos sus bienes. José el muchacho vendido y despreciado por sus hermanos resultó de un momento a otro en un palacio, donde se le reconoció por su temor a Dios y habilidad para administrar. La Biblia no nos relata qué hizo José ante los problemas presentados; pero siendo muy joven no debió ser nada fácil adaptarse a la vida de los madianitas y luego habitar en medio de un pueblo que nada tenía que ver con sus principios. Sin embargo, creo que por su integridad y relación con Dios, supo humillarse obedeciendo órdenes y se ganó un puesto de liderazgo en tierra ajena. Dios estaba con él y lo respaldaba en todas sus acciones al punto de extender su bendición a todos cuantos le rodeaban.  Aun sin saberlo, nosotros de igual modo, donde nos encontremos trabajando o viviendo, así sean del mundo, nos convertimos en su bendición; porque donde quiera que estemos recibiremos bendiciones: “Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo” (Efesios 1:3). Somos ricamente bendecidos, no con una sino con toda bendición espiritual. Hemos recibido tanto de gracia, que sin darnos cuenta también damos de gracia; o sea: somos bendecidos para bendecir.

Amado Señor: Te damos gracias por el lugar en el que nos has colocado. Permite que nuestro corazón esté siempre dispuesto a recibir y compartir con los nuestros las ricas bendiciones que a diario nos ofreces. Enséñanos bendito Dios a que nuestra vida sea ejemplo hasta el punto que digan los demás: “El Señor está con él o con ella”

Un abrazo y bendiciones.

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