martes, 10 de febrero de 2015

Nuestro Dios, Rey por excelencia




—No soy yo quien puede hacerlo —respondió José—, sino que es Dios quien le dará al faraón una respuesta favorable. 
Génesis 41:16.


Lectura: Génesis 41:1-40. Versículos del día: Génesis 41:16.

MEDITACIÓN DIARIA

José fue humilde y reconocía que el don que tenía, venía de parte de Dios y a pesar de saber que sus creencias eran diferentes a las del pueblo egipcio no titubeó al decirle al propio rey que sería Dios mismo el que le daría una respuesta. Más adelante le corrobora lo mismo: “Dios le ha anunciado lo que está por hacer” (v. 25b); le dice resueltamente.
El pasaje nos enseña a depender exclusivamente de nuestro Dios. No nada que temer ni de qué avergonzarnos. Nuestro Dios es el Rey por excelencia. Cuando tenemos que hablar de Él y darle toda la gloria y primacía que merece, vamos a ser también retribuidos por Dios mismo como con José: “Entonces el faraón les preguntó a sus servidores: —¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios?  Luego le dijo a José: —Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú” (Génesis 41:38-39).  No solamente Dios permite nuestra exaltación sino que como en este caso, las personas que esperan una respuesta, reconocen que hay un Dios poderoso gracias a nuestro propio testimonio: “¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios?  Luego le dijo a José: —Puesto que Dios te ha revelado todo esto”. Sea cual sea la situación y estemos enfrente de quien estemos, debemos ser radicales y dejar muy clara nuestra posición. “A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen” (Romanos 1:16). Dios se encargará de hacer el resto.

Amado Señor: Muchas gracias por tu Palabra que a diario nos enseña sobre nuestro comportamiento. Gracias porque te tenemos a Ti que eres el Rey del universo y permites situaciones como las de José para que el mundo te conozca y exalte tu Nombre. ¡Eres Majestuoso Rey de reyes!

Un abrazo y bendiciones.

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