sábado, 21 de febrero de 2015

Sobre ellos recae mucha más responsabilidad

Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra el y contra su ungido. 
Salmo 2:2.

Lectura: Salmo 2:1-12.  Versículo del día: Salmo 2:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Este Salmo profético se dirige a los gobernantes de la tierra afirmando que ellos se rebelarán contra el Señor, cosa que ya estamos viendo aún en los países de occidente donde el cristianismo era una fortaleza en sus habitantes. Dios se ríe y se burla de ellos; los reprende e intimida, porque ¿quién puede contra el poderío del gran Rey? Pero al igual que lo hace con toda persona sea libre o esclavo, rico o pobre; plebeyo o aristócrata, ve su insubordinación y rebeldía y les hace un llamado para que se vuelvan a Él.
En toda persona reina el ego. Su yo lo hace rebelde y desobediente creyendo que a nadie tiene que rendirle cuenta de su vida. Sin embargo el Señor en su infinita misericordia, a pesar de su pecado, lo toma y llama al arrepentimiento: “Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor —. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!” (Isaías 1:18). El llamado es para todos y aquí especialmente a través de este Salmo, lo hace a los gobernantes: “Ustedes, los reyes, sean prudentes; déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor; con temblor ríndanle alabanza” (vv.10-11 en l lectura). Sobre ellos recae un compromiso muy grande.
Dios permita que los gobernantes y personas en cargos de autoridad tengan verdadero temor de Dios; la responsabilidad que asumen frente a los pueblos no es cualquier cosa y de ellos depende el presente y futuro de sus naciones.

Amado Señor: Oramos por todos los que están al frente de los designios de nuestras naciones. Tú conoces sus corazones y pensamientos y sabes lo que hay en ellos. Escudríñalos Señor y si hay maldad alguna, atráelos hacia ti; lávalos y límpialos para que te conozcan y aprendan a temerte como al Rey de reyes y Señor de señores que eres.

Un abrazo y bendiciones.

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