El Señor le ordenó a Moisés: Ve a advertirle al faraón que así dice el Señor: Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto.Éxodo 8:1.
Lectura: Éxodo
8:1-15. Versículo del día: Éxodo 8:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Otras versiones dicen: “Deja
ir a mi pueblo para que me sirva”. El servicio está unido a la adoración. “Adora
al Señor tu Dios y sírvele solamente a él” (Mateo 4:10). Por cuatrocientos años
el pueblo de Israel estaba sometido a la esclavitud egipcia y Dios requiere su
liberación para que vayan a adorarle. Igualmente
ahora el Señor pretende sacarnos de la esclavitud del pecado, para que seamos
verdaderamente libres, con el fin de que le adoremos y sirvamos. Nadie puede dar
excusa alguna para no servirle porque hay muchísimas maneras de hacerlo. Personalmente
considero que servir al Señor no es exclusivamente estar involucrado en un
ministerio dentro de la iglesia; es colocar a disposición del Señor los dones y
talentos que se tengan. Toda persona tiene sus dones personales que al conocer
al Señor debe empezar a ponerlos sobre su mesa con el ánimo de servirle como Él
desea que lo hagamos. El servicio es una manera también de rendirle adoración.
No por el hecho de decir
que se es ateo, inconverso, indiferente hacia Dios o religioso, se está libre
de pecado. Todos hemos pecado (Romanos 3:23), y el pecado de una manera u otra
nos ata y nos lleva a depender bien sea de personas, vicios o ídolos. Quizá ni
siquiera se percibe, porque Satanás como buen engañador cumple bien su
cometido.
Nos libramos de la
esclavitud del pecado por el poder regenerador del Espíritu Santo, desde el
mismo momento en que entregamos a Jesús nuestras vidas. Solo a través del Señor
Jesucristo podemos ser verdaderamente libres (Juan 8:32) y así levantarnos para
adorar y servir a nuestro Dios.
Amado Señor: Cuántas
veces de una manera u otra te has acercado para decirme que deseas que te adore
y he sido indiferente a tu llamado. Hoy quiero poner mi vida a tu disposición
para que me desates completamente del pecado arraigado en mí y pueda levantarme
a adorarte y servirte como mereces.
Un abrazo y
bendiciones.
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