viernes, 13 de septiembre de 2013

Si conocemos la Verdad, practiquemos la verdad




Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un instante.  
 Proverbios 12:19.


Lectura: Proverbios 12:1-28.  Versículo del día: Proverbios 12:19.

MEDITACIÓN DIARIA

La mentira ofende a Dios y por consiguiente es pecado.  Satanás es el padre de la mentira; le gusta engañar a la gente para precisamente, alejarla de Dios. Recordemos que esta fue el arma que usó para hacer pecar a Adán y Eva . Desde la misma institución de los ‘Diez Mandamientos’, el Señor prohíbe la mentira (Éxodo 20:16);  sin embargo, pareciese que significa poco para la personas porque ya se tiene entre lo común y cotidiano. 
Nosotros los cristianos, deberíamos dar ejemplo. Pablo nos amonesta a que no lo hagamos: “Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios, y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador” (Colosenses 3:9-10).
La mentira está catalogada como cualquier abominación hacia Dios. Miremos lo que  la Biblia dice: “Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre” (Apocalipsis 21:8, el subrayado es personal).
No permitamos que la mentira nos invada y actuemos como los fariseos: aparentando que somos creyentes, pero llenos de falsedad por dentro.  El mismo Señor amonesto a los judíos fuertemente al respecto: “Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!” (Juan 8:44).
El Señor Jesús nos dio ejemplo de verdad. Meditemos de quién deseamos ser verdaderos hijos, ¿de nuestro Padre celestial, o del padre de la mentira? “Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno” ( Jesús de Nazaret en Mateo 5:37).

Amado Señor: Tú eres la Verdad por excelencia y nosotros decimos que te conocemos; por lo tanto te rogamos que nos revistas con ropajes llenos de verdad y alejes por completo la mentira de nuestros labios.

Un abrazo y bendiciones.

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