martes, 24 de septiembre de 2013

El camino del justo



Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos. 
Salmo 1:1.


Lectura: Salmo 1:1-6.  Versículo del día: Salmo 1:1.

MEDITACIÓN DIARIA

La palabra dichoso quiere decir doblemente bienaventurado, y esto es lo que es la persona que se aleja de todo lo que la pueda contaminar.  Por algo se dice que: ‘al que buen árbol se arrima, buena sombra le acobija’ y que ‘una naranja dañada, daña las buenas’, porque así es. Dice el versículo: ‘no sigue el consejo de los malvados’. Una mala amistad, nunca va a dirigir a la otra hacia caminos de bien; al contrario, sus frutos no pueden ser buenos, porque no los ha sembrado y al supuesto ‘amigo’ lo lleva por caminos de muerte y no de vida. “ni se detiene en la senda de los pecadores”: el hombre que conoce a Dios y su Palabra y le cree, se aparta de aquellos que prácticamente lo utilizan para sus juergas e incitan a tomar,  drogarse,  adulterar y hasta a robar o matar.  Tampoco cultiva amistad con aquellos que blasfeman contra Dios y poco o nada les interesa llevar una vida recta.
¿Cómo es esta persona? “Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” (v. 3).  ¿Por qué? Porque “en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella” (v. 2). Entiende que Dios le ha dejado un ‘Manual” que es su Palabra, y allí va a encontrar cómo debe comportarse en todos los ámbitos de su vida. El Fabricante mayor lo ha diseñado de tal modo que no hay nada que no esté contemplado en sus escritos.  La Biblia es la respuesta a todo interrogante del ser humano.  
“El Señor cuida el camino de los justos” (v. 6).  Así es.  Esto no quiere decir que no tropecemos y caigamos, puede suceder; pero gracias a Dios tenemos en Cristo Jesús el perdón de pecados y si caemos y confesamos, restauramos nuevamente el sendero por el que el Señor nos estaba conduciendo.  De modo que, no nos dejemos engañar: busquemos dar frutos que perduren buscando el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33) y todo lo que emprendamos, será bendecido por nuestro Dios.

Amado Señor: Gracias por permitir que nos transportemos por sendas limpias y transparentes.  Enséñanos a cumplir cada día mejor tu voluntad para no separarnos de tu lado y llegar a caer en manos del maligno que nos desvié del camino correcto.

Un abrazo y bendiciones.

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