Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: ¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares.Nehemías 4:14.
Lectura: Nehemías
4:1-23. Versículo del día: Nehemías
4:14.
MEDITACIÓN
En el devocional de
ayer veíamos que no hay enemigo que pueda hacerle frente al Señor y esto mismo
fue lo que Nehemías practicó en la reconstrucción de la muralla de
Jerusalén. Los enemigos le salieron por
doquier, pero él siempre tuvo la frente en alto y su ánimo no declinó; al
contrario, siguió alentando a sus trabajadores y les recordaba también por
quién debían de luchar. De igual manera
considero que debemos hacerlo nosotros.
Poner toda la entereza, la voluntad, el buen trabajo y especialmente, la
mirada fija en el Señor. No solamente
por nuestra convicción como cristianos, sino de manera especial por los
nuestros. El enemigo quiere vernos
derrotados porque esa es su misión, pero el Señor nos manda que seamos fuertes
y valientes (Josué 1:9). En el caso de
un hogar al borde de la destrucción, la consigna es no desmayar; orar, orar y
orar, alabando al Señor por su poder y gloria. Olvidemos en cualquier situación
la queja y cambiémosla por alabanza y adoración. No hay nada más demoledor para Satanás que la
alabanza del pueblo de Dios.
Por los nuestros:
esposo(a), hijos, padres y hermanos, luchemos por sacar avante la meta trazada
y no demos pie para que los enemigos tengan motivo de burla y de ofensas. Insistamos, persistamos y no desistamos que
la obra la completará totalmente nuestro Dios y Señor. Él saldrá en nuestra
defensa y frustrará los planes del enemigo, como sucedió con Nehemías y sus
trabajadores (vv. 15-20 en la lectura).
Amado Señor: Te damos
gracias por enseñarnos a resistir frente a las adversidades que se nos
presentan. Gracias porque estás a nuestro lado infundiéndonos tu amor,
serenidad y valor para sostenernos, hasta llevar a feliz término lo comenzado
con tu bendición.
Un abrazo y
bendiciones.
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