domingo, 29 de septiembre de 2013

Busquémosle de mañana




Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta. 
Salmo 5:3.


Lectura: Salmo 5:1-12.  Versículo del día: Salmo 5:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando se trabaja en una obra o en grupo, lo primero que se hace antes de iniciar labores es un comité, que no es más que una reunión con los empleados.  Allí se exponen las tareas a seguir, los pros y los contras que posiblemente se tendrán durante el día. 
De igual forma deberíamos hacer lo mismo con nuestro Jefe Mayor. Dialogar con Él antes de emprender el trabajo, y dejar ante sus píes, nuestras alegrías y sufrimientos.  “Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia.” (Salmo 59:16).
La mañana es la mejor hora para hablar con el Señor; para ponerle en su conocimiento el nuevo día y todas las desavenencias presentadas. El cuerpo está descansado, las palabras fluyen más fácilmente y el espíritu esta de igual modo dispuesto a aprender.  “Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza” (Salmo 119:147). Entonces, el Señor hará su mejor parte, canalizando cada una de esas situaciones y permitiendo que salgamos avante en lo propuesto.
Esto es en realidad el devocional. Si cogemos el hábito de levantarnos más tempranito, podemos lograr todos los días una comunicación exitosa con el Señor y nos daremos cuenta, que vale la pena esa búsqueda porque afianza nuestra relación con Él. Hay momentos en que son para orar en familia, otros en grupo y unos más en la Congregación.  Pero también existen los tiempos principales en que debemos estar íntimamente ligados a nuestro grandioso Señor.  ¡Busquémosle de mañana!  Será cada día, una experiencia inolvidable al lado de nuestro amado Señor.

Señor Jesús: Gracias por enseñarnos a buscarte con la salida del sol y estar pendientes de tus respuestas. Gracias por la comunión especial  de esa hora en que podemos hablar entrañablemente los dos.

Un abrazo y bendiciones. 

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