miércoles, 18 de septiembre de 2013

En las muchas palabras se filtra el pecado




Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar. 
Proverbios 18:13.


Lectura: Proverbios 18:1-24.  Versículo del día: Proverbios 18:13.

MEDITACIÓN DIARIA

Dios nos manda a ser prudentes.  La prudencia es una virtud que todos debemos anhelar y buscar afanosamente ya que nos alejaría de infinidad de problemas. ¡Y es que con los labios si que pecamos!  Se nos olvida que tanta palabrería se convierte al final en palabras vanas porque: “En las muchas palabras no falta el pecado” (Proverbios 10:19), y lo peor: lo dicho, dicho se queda; ya no hay marcha atrás para remendar el asunto. Por eso es mejor pensar para hablar y no hablar para pensar. “El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios procuran hallarlo” (v. 15 en la lectura). Si queremos ser sabios, tenemos que poner a trabajar más nuestros oídos.
¿Nos cuesta escuchar? ¡Claro que nos cuesta!  Con toda la razón en una predicación el pastor que presidía el culto dijo que por algo el Señor nos había dotado de una boca y dos oídos. Y es que tenemos que aprender a escuchar el doble de lo que hablamos.  Considero que es solamente cuestión de disciplina. El responder antes de oír no solo se convierte en necedad, sino que además es muestra de mala educación.  Actuamos peor que un necio porque Proverbios 17:28 dice: “Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca”.
Y no solamente nos sucede con las personas con las que departimos; también lo hacemos con el Señor.  Ya estamos tan acostumbrados a hablar, hablar y hablar, que no le damos pie al Señor para que Él también nos hable. Y si el Señor no nos habla, no podemos decir que hay dialogo, es un simple monólogo y nunca sabremos lo que en verdad es su voluntad. 
Recordemos que la prudencia va ligada a la sabiduría. Así que en especial las mujeres, si queremos ser sabias, tenemos que adquirir prudencia. 

Amado Señor: Te rogamos que nos permitas aprender a oír más y hablar menos. Queremos ser sabios con nuestras palabras. Enséñanos prudencia para no pecar con tanta habladuría.

Un abrazo y bendiciones.

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