El liderazgo de Nehemías

Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra! Y unieron la acción a la palabra. 

Nehemías 2:18.

Lectura: Nehemías 2:1-10.  Versículo del día: Nehemías 2:18.

MEDITACIÓN DIARIA

Nehemías era un hombre común y corriente y se convirtió en copero del rey de Babilonia durante la deportación de su pueblo hacia este imperio.  Tal vez su buen comportamiento hizo que gozara del aprecio del rey, quien viéndolo triste, le preguntó por el motivo de su amargura y él le contestó que su ciudad, la de sus ancestros, estaba en ruinas y esto le dolía. El rey nuevamente le pregunta qué podría hacer por él y antes de contestarle, ora al Señor y se encomienda a Él.  Después le habla de su querer  ir a  Judá para reconstruir la ciudad; petición que el rey no solo le concedió, sino que además aceptó sus requerimientos (vv. 3-10).

Nehemías se traslada a Jerusalén y sale a inspeccionar la ciudad, sin comentar todavía a los suyos, sobre su plan (vv. 11-15).  Cuando creyó conveniente hacerlo, animándolos les contó como la mano de Dios obró en su favor y les relató lo que el rey había hecho.  Ante esto, los trabajadores se pusieron felices y exclamaron: “¡Manos a la obra! Y unieron la acción a la palabra”.

Es importante tener presente lo que nos enseña Nehemías al tiempo de proyectar  un trabajo:   Orar ante todo pidiéndole al Señor su dirección (v. 4b).  Actuar firmemente sin temor de ninguna clase (vv. 9-10); Observar bien la obra, para planearla a conciencia (vv. 11-15); no hablar sino en el momento adecuado y estrictamente lo necesario (vv. 16.18a); y motivar a los trabajadores para que no se quede en palabras la labor, sino que empiece su ejecución.

Resumiendo, considero seis puntos básicos: oración, determinación, planeación, prudencia, motivación y acción. Seis aspectos importantes para tener en cuenta cuando vamos a emprender un proyecto. Nehemías, nos da una lección de liderazgo para poner en práctica.

Amado Señor: Gracias, porque a través de tu Palabra, aprendemos también lo cotidiano de la vida para lograr con éxito las metas trazadas. Gracias porque vas delante de nosotros, abriéndonos camino y bendiciendo el trabajo de nuestras manos.

Un abrazo y bendiciones.