viernes, 20 de septiembre de 2013

Las bendiciones son para resaltar su nombre





Pero Ezequías no correspondió al favor recibido, sino que se llenó de orgullo. Eso hizo que el Señor se encendiera en ira contra él, y contra Judá y Jerusalén. 
2 Crónicas 32:25.


Lectura: 2 Crónicas 32:24-26.  Versículo del día: 2 Crónicas 32:25.

MEDITACIÓN DIARIA

Ezequías fue un rey de Judá que en general agradó a Dios.  Sin embargo, quizá todo lo que el Señor hizo por él y su reino, como la liberación del pueblo de Judá de las manos del rey de Senaquerib de Asiria; la sanación de su cuerpo cuando estaba a puto de morir junto con la señal admirable, le subieron los humos y su corazón se llenó de presunción.
No hay que olvidar los favores recibidos.  Al revés, como muestra de agradecimiento deberíamos ser más fieles con el Señor porque nos puede suceder igual que a Ezequías, y Dios nos quitará la mirada de encima viniendo sobre nosotros y sobre los nuestros diferentes clases de problemas. No solamente las consecuencias cayeron en el rey sino también arrastró a todo Judá y a la ciudad de Jerusalén.
Dice el versículo siguiente que: “Luego Ezequías, junto con los habitantes de Jerusalén, se arrepintió de su orgullo, y mientras él vivió, el Señor no volvió a derramar su ira contra ellos” (v. 26). Bueno, su decisión de arrepentirse por lo menos le dio un nuevo respiro al rey mientras vivió, pero las consecuencias quedaron. 
El orgullo viene a ser como la cascarita que pone el enemigo para que dejemos de exaltar el nombre del Señor y nos apropiemos  de  los favores con los que Dios nos ha bendecido. Pidámosle al Señor que nos dote de un corazón humilde y agradecido. Bajo ninguna circunstancia creamos que todo ha sido obra nuestra.  No le robemos la honra y gloria a Dios quien es el único merecedor de recibirla.

Amado Señor: Te damos gracias por tantas veces que nos has mirado con compasión y misericordia. Te rogamos que nos enseñes en toda ocasión a ver tu mano poderosa y no atribuirnos lo que tu grandeza ha hecho en nuestras vidas.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: