viernes, 5 de abril de 2013

Un ejemplo para seguir




Con todo, jamás le negaré mi amor, ni mi fidelidad le faltará. 
Salmo 89:33.


Lectura: Salmo 89:1-37.  Versículo del día: Salmo 89:33.

MEDITACIÓN DIARIA

Igualmente como el Señor prometió bendecir a David generación tras generación, también lo hará con nosotros que ya lo conocemos y seguimos.  El Señor sabe de antemano que somos débiles y caemos fácilmente, pero nos dice que: ‘Con todo, jamás le negaré mi amor, ni mi fidelidad le faltará’.  Andamos en luz y la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y el Señor nos perdona si los confesamos, si reconocemos las faltas cometidas porque: “Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9 RVR 1909).
¡Que amor tan grande el de nuestro Dios!  Siempre está dispuesto a perdonar.  Nadie sabe hacerlo mejor que Él.  A veces nos parece imposible tanta misericordia porque como humanamente no somos así, creemos que el Señor obra de igual forma. Al revés, nos da el modelo para aprender a perdonar olvidando toda ofensa del mismo modo: tan lejos como está el oriente del occidente (Salmo 103:12); sin abandonar nunca el amor y la fidelidad; sigamos su ejemplo.

Amado Señor: Gracias porque tu amor y fidelidad se funden para brindarnos tu misericordia innegable. Enséñanos a obrar de la misma manera que Tú lo haces con nosotros, sabiendo que el amor al prójimo es el segundo en importancia para ti.

Un abrazo y bendiciones.

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