Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.Levítico 19:2.
Lectura: Levítico 19:1-18.
Versículo principal: Levítico 19:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Así como el Señor exigía santidad a su pueblo, también la
exige a su Iglesia. No fueron solo
palabras dadas por Dios desde el comienzo a través de la ley. El Señor en Mateo 5:48, nos vuelve a decir lo
mismo. El Señor nos escogió para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él
(Efesios 1:4).
La meta de todos los cristianos es precisamente
llegar a cumplir el propósito de Dios en nosotros y se cumple cuando el que
empezó la buena obra, la termine. No
seremos completamente santos, pero buscaremos la perfección mediante la ayuda
del Espíritu Santo quien nos da el poder para tratar de cumplir fielmente los
preceptos de Dios Padre. Tenemos que ser conscientes de que mientras estemos
aquí en este mundo caído, vamos a pecar igual que los no cristianos; pero
gracias que en el Señor Jesús tenemos redención de pecados y por su infinita misericordia
Él nos justifica y santifica (1 Corintios 1:30). Esto de ninguna manera quiere
decir que vamos a pecar deliberadamente.
Si amamos al Señor, obedeceremos sus mandatos y le complaceremos. Trataremos de no contrariarlo y cuando pequemos
podemos acercarnos confesándolos, sabiendo que nos perdonará y limpiará de toda
iniquidad.
Amado Dios: Gracias porque Tú nos
santificas a través de Jesús, quien ya nos lavó con su preciosa sangre. Gracias
porque no somos perfectos, pero Tú nos santificas en tu verdad, y tu Palabra es
verdad.
Un abrazo y bendiciones.
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