domingo, 14 de abril de 2013

Conversión de un "Saulo" a un "Pablo"


Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?  
 Hechos 9:4.

Lectura: Hechos 9:1-19. Versículo del día: Hechos 9:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Pueda que no sea exactamente como Saulo, que se llegue al extremo de matar y flagelar a los cristianos; sin embargo, hay muchos que se oponen al verdadero cristianismo, porque vienen de una cultura muy tradicionalista.  Me explico: El cristianismo se divide en tres ramas: católicos, ortodoxos y protestantes. En la rama del catolicismo por haber sido la religión implantada desde la colonia, existe aún mucho tradicionalismo cegado ante los errores, por no tener en cuenta Las Escrituras. Dentro del protestantismo, de igual manera: existe un tradicionalismo que conlleva a  un sinnúmero de iglesias evangélicas, a imponer cargas a los feligreses, guiándolos por un legalismo que lo único que deja son huellas de resentimiento y alejamiento  total; actúan tanto los unos como los otros, al igual que los fariseos y saduceos de esa época: sin querer mirar más allá.
Examinémonos y objetivamente miremos la verdadera esencia del cristianismo. Creamos firmemente en el Señor Jesucristo como autor y consumador de la fe y no nos desviemos por ramas sutiles. El cristianismo, es un modo de vida; no un formulismo de leyes y costumbres. Precisamente Pablo, después de su conversión nos dejó en una de sus cartas, que todo nos es lícito, pero no todo nos conviene ni edifica (1 Corintios 10:23). Tenemos al Espíritu Santo quien nos instruye y da discernimiento; busquémosle y llenémonos de su presencia para tratar de vivir un cristianismo más exacto, donde demos auténtico testimonio como hijos de Dios.  Volvámonos “Pablos” y dejemos que el Señor nos use como instrumentos valiosos (v. 15 en la lectura), para llevar el mensaje de salvación de manera clara y sencilla.      

Amado Señor: Perdónanos por las veces que hemos sido “Saulos”, desviándonos de lo que es tu ministerio.  Hoy queremos ser “Pablos”, llevando una vida fructífera e íntegra a tus ojos.  Pon en nosotros el querer como el hacer por tu buena voluntad.

Un abrazo y bendiciones.  

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