lunes, 15 de abril de 2013

El teléfono de emergencia




Así dice aquel cuyo nombre es el Señor, el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con firmeza: ‘Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes'. 
Jeremías 33:2-3.


Lectura: Jeremías 33:1-26.  Versículos del día: Jeremías 33:2-3.

MEDITACIÓN DIARIA

Son las palabras del mismo Señor, porque a Él le gusta que le hablemos, que le pidamos: “No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones” (Santiago 4: 2b-3); “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá (Mateo 7:7).
Con razón llaman a Jeremías 33:3 el teléfono de Dios; y es porque es la ayuda exacta.  El SOS que necesitamos en momentos de angustia; nuestro teléfono de emergencia, donde depositamos las quejas, ansiedades y aflicciones.
No dudemos en marcar el número cuantas veces sea necesario, que nuestro Dios jamás se cansará de contestarlo.

Amado Señor: Muchas gracias por estar a nuestro lado siempre; por desear que suene el teléfono para decir: “Aquí estoy; ¡no temas! Jamás te dejaré ni te desampararé porque a mis ojos eres de grane estima. ¡Mío(a) eres tú y deseo tu bienestar!”.

Un abrazo y bendiciones.

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