Así dice aquel cuyo nombre es el Señor, el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con firmeza: ‘Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes'.Jeremías 33:2-3.
Lectura: Jeremías 33:1-26.
Versículos del día: Jeremías 33:2-3.
MEDITACIÓN DIARIA
Son las palabras del mismo Señor, porque a Él le gusta que le
hablemos, que le pidamos: “No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no
reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias
pasiones” (Santiago 4: 2b-3); “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán;
llamen, y se les abrirá (Mateo 7:7).
Con razón llaman a Jeremías 33:3 el teléfono de Dios; y es
porque es la ayuda exacta. El SOS que
necesitamos en momentos de angustia; nuestro teléfono de emergencia, donde
depositamos las quejas, ansiedades y aflicciones.
No dudemos en marcar el número cuantas veces sea necesario,
que nuestro Dios jamás se cansará de contestarlo.
Amado Señor: Muchas gracias por estar a nuestro lado siempre;
por desear que suene el teléfono para decir: “Aquí estoy; ¡no temas! Jamás te
dejaré ni te desampararé porque a mis ojos eres de grane estima. ¡Mío(a) eres
tú y deseo tu bienestar!”.
Un abrazo y bendiciones.
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