domingo, 21 de abril de 2013

A tiempo y a destiempo




—Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron. 
Hechos 16:31.


Lectura: Hechos 16:16-40.  Versículo del día: Hechos 16:31.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta petición del carcelero a Pablo y Silas, es una respuesta más, de lo que Dios puede hacer cuando sus hijos se reúnen para orarle y alabarle. Pablo y Silas se encontraban en Filipos predicando y por causa de una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación fueron echados a la cárcel cuando Pablo lo reprendió; pues sus amos, querían sacar partido de ella y ganar dinero. Al ver que se les esfumaba tal posibilidad, los hicieron encarcelar (vv. 16-24).  
En vez de renegar por su situación se pusieron a orar y cantar himnos a Dios, mientras los otros presos los escuchaban. Entonces, se produjo un terremoto y tanto las puertas como las cadenas se abrieron y el carcelero quería matarse de pensar que todos se volarían (vv. 25-27), “Pero Pablo le gritó:  —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí!” (v. 28).  Ante este testimonio, el carcelero les pregunta: “—Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?” (v. 30).  La respuesta no se hace esperar: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos”.  Así sucedió: el carcelero y toda su familia creyeron (vv. 32-34).
Para meditar: Aunque las circunstancias parezcan oscuras, Dios puede hacer que resplandezcan.  La oración y la alabanza son armas indestructibles.  Por otro lado, siempre debemos tener presente que en cualquier tiempo y lugar, hay almas esperando que les llevemos el mensaje de salvación.  

Amado Señor: Queremos tener el denuedo de Pablo y Silas para compartir las Buenas Nuevas.  Pon en nosotros, el querer como el hacer por tu buena voluntad, y permite que seamos verdaderos instrumentos tuyos sin tener en cuenta las circunstancias que nos rodeen.

Un abrazo y bendiciones.

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