jueves, 4 de abril de 2013

Hombre y mujer: dos que son uno




Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. 
Eclesiastés 4:9.


Lectura: Eclesiastés 4:7-12. Versículo del día: Eclesiastés 4:9.

MEDITACIÓN DIARIA

A Través de la lectura del día, vemos que Salomón reafirma lo dicho por Dios al comienzo de su creación: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2:18).  El hombre no fue creado para vivir en soledad sino para vivir con su esposa como Dios lo instituyó. Estando juntos, si uno cae el otro lo levanta; o mutuamente apaciguan el frío al acostarse  (vv. 10 y 11 en la lectura).
Definitivamente no hay nada mejor que vivir con el cónyuge y en la edad adulta intermedia cuando los hijos ya no están, es la mejor compañía que se pueda tener.  Hay más amor, cariño, comprensión, tolerancia y se le saca provecho hasta a lo más insignificante e insólito.  Es ahí donde se entiende el verdadero significado de lo que es ser esposos porque se apoyan mutuamente y se goza la vida aun de simplezas pero que fortalecen y valen la pena en una relación.

Amado Señor: Hoy te doy muchas gracias por la vida de mi esposo; lo pongo en el trono de tu gracia para que siempre lo tengas como cabeza y no por cola; para que esté en la cima y no en el fondo.  Llénalo de tu Santo Espíritu para que  sea fortalecido y pueda sortear las dificultades que se le presentan con éxito total. Oro para que le vaya bien en todos sus asuntos, goce de buena salud y prospere espiritualmente. Gracias porque estar a su lado me reconforta y me da seguridad; en verdad, mejor son dos que uno.

Un abrazo y bendiciones.  

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