domingo, 28 de abril de 2013

Minuto a minuto contemplando su gloria




El Señor domina sobre todas las naciones; su gloria está sobre los cielos.  ¿Quién como el Señor nuestro Dios, que tiene su trono en las alturas y se digna contemplar los cielos y la tierra?. 
Salmo 113:4-6.


Lectura: Salmo 113:1-9.  Versículos del día: Salmo 113:4-6.

MEDITACIÓN DIARIA

Nuestro Dios es incomparable. De ningún otro se dice que esté sentado sobre los cielos. Él tiene su trono en las alturas y desde allí contempla cielos y tierra observando  la obra de sus manos.  Es desde sus atrios donde ve las necesidades de las plantas,  de los animales (Mateo 6:26 y 28-29), y del ser humano.  Contrario a lo que muchos creen, sí se compadece de los pobres y afligidos: “Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado” (v. 8 en la lectura). 
Solamente hay que tener los ojos bien abiertos para admirar su creación y su bondad.  Hay que aprender alabarlo desde cuando despertamos; el solo hecho de ver un nuevo día, debe ser  motivo de adoración;  poner ante sus píes, las faenas diarias y cuando llegue el tiempo del descanso dejar que nos arrulle en medio de la noche. Todo bajo un canto de admiración y agradecimiento.  No somos nada en sus manos, y sin embargo nos inunda con su infinito amor y misericordia. “Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del Señor” (vv. 2-3).  Este es nuestro Dios, el que vela sin cesar y domina majestuosamente sobre todas las naciones; “su gloria está sobre los cielos”. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Que el diario cotidiano se transforme en alabanza para quien es el Dueño y Señor de nuestra vida.

Amado Dios: Queremos despertar al nuevo día, con el corazón rebosante de gratitud y alegría.  Eres el Excelso y Altísimo Dios sobre toda la tierra.  El único digno de toda honra y gloria por siempre.

Un abrazo y bendiciones.                             

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