Ahora bien, cuando buscamos ser justificados por Cristo, se hace evidente que nosotros mismos somos pecadores.Gálatas 2:17.
Lectura: Gálatas 2:15-21. Versículo del día: Gálatas 2:17.
MEDITACIÓN DIARIA
Nos encontramos a menudo con
personas que consideran que si somos cristianos es porque nos volvimos
perfectos o porque desde antes éramos “demasiado buenos” para recibir esa
gracia. En ambas situaciones se está
errado: no somos perfectos; lo que sucede es que el Señor va haciendo una
regeneración en el nuevo creyente: “Si alguno está en Cristo, es una nueva
creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha
llegado ya lo nuevo!” (2 Corintios 5:17) y por otro lado, no existe nadie bueno
que pueda decir lo contrario: “No hay un solo justo, ni siquiera uno;… No hay
nadie que haga lo bueno, ¡no hay uno solo!”; “pues todos han pecado y están
privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:10-12 y 23). El cielo va a estar lleno de pecadores, pero
de pecadores arrepentidos. Justificados
ya, con la sangre de Cristo.
En resumen: Dios ya no mirará más
nuestros pecados porque todos estos estarán cubiertos con la preciosa sangre
derramada en la cruz. “Hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser
justificados por la fe en él y no por las obras de la ley” (v. 16 en la lectura). Simplemente no somos justos, somos
justificados por el Señor Jesucristo cuando nacimos de nuevo con Él (Juan 3:3).
Amado Dios: Gracias por permitirnos
entrar a tu redil ya justificados por la sangre de tu Hijo amado. Gracias porque nos ves con tus ojos divinos y
para ti somos especiales aunque el mundo nos mire de otro modo.
Un abrazo y bendiciones.
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