Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia.Tito 3:4-5.
Lectura: Tito 3:1-11. Versículos
del día: Tito 3:4-5.
MEDITACIÓN DIARIA
Antes de conocer y recibir al
Señor actuábamos bajo los efectos del pecado, por eso para el creyente existe
un: “antes de” y un “después de”.
Indudablemente que el nuevo cristiano tiene un cambio que debe ser
notado por quienes lo rodean porque es precisamente el Señor manifestándose a
través de su Santo Espíritu, regenerando y renovando de un modo integral todas
las áreas de su vida (v.5). Así lo hizo
el Señor con el fin de justificarnos con su gracia y ser herederos de una vida
eterna (v. 7).
Dios por amor a la humanidad
envió a su Hijo al mundo y el Señor Jesucristo vino a dar su vida por el hombre
pecador; sufrió y llevó sobre su cuerpo todo el peso de sus pecados. Lo hizo no porque lo mereciera ni porque sus
obras fueran las mejores: simplemente actuaron su amor y misericordia. Para lograr este cambio se debe ser sensible
a la voz del Señor y dispuestos a hacer lo bueno (vv 1 y 2).
Sí es necesario el compartir pero
dejemos que nuestras propias actuaciones hablen por sí solas del Dios que nos
redimió.
Amado Señor: Gracias por el amor
y la bondad que has puesto en nuestros corazones. Permítenos valorar el sacrificio tuyo y
dejarnos llenar por tu Santo Espíritu de tal modo que el fruto sirva para
regenerarnos y renovarnos diariamente.
Un abrazo y bendiciones.
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