martes, 15 de enero de 2013

Misericordia hacia los pecadores



Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Pero vayan y aprendan lo que significa: ‘Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios’. Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores. 
Mateo 9:12-13.


Lectura: Mateo 9:9-13. Versículos del día: Mateo 9:12-13.

MEDITACIÓN DIARIA

Al Señor se le criticó porque con quienes más anduvo fue con pecadores.  Los fariseos y escribas hipócritas no podían entender que si se declaraba Hijo de Dios, estuviera tan campante en medio de ellos. 
De igual modo en muchas iglesias se cree ahora lo mismo.  No sé cómo se puede  llegar a donde hay oscuridad si antes no se lleva la luz de Jesús que refleje y brille sobre lo que era opaco y sin sentido.  El Señor cuando oró al Padre antes de su suplicio dijo: “No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno” (Juan 17:15). De antemano sabía que estábamos en el mundo y no podíamos pisar aire sino tierra.  Es iluso creer que si tenemos familiares, amigos o conocidos no podemos frecuentarlos porque estaríamos pecando.  Al contrarío, es ahí donde más debemos estar; no para hacer lo que ellos hacen sino para dar testimonio de personas diferentes que aportan un cambio verdadero a la sociedad.
Otro estigma para romper, es el creer que por ser cristianos no podemos caer de ninguna manera.  ¡Sí, ya somos cristianos y gloria a Dios por ello!  Pero se olvida que somos pecadores regenerados por la sangre de Cristo el Señor y que Él comenzó una obra en cada uno, la cual va perfeccionando hasta el final. Tampoco quiere decir que nos amañamos en el pecado, pues ya tenemos al Espíritu Santo que nos convence de pecado e implora por nosotros con gemidos indecibles.
Meditemos sobre el pasaje del día y propongámonos ser misericordiosos con quienes aún no conocen la Palabra de Dios ni entienden la misión de Jesús como Salvador de la humanidad.  Incluso tengamos en cuenta también, a los débiles en la fe.

Amado Dios: Gracias por habernos escogido entre tus obreros.  Permite que llevemos fruto que perdure cumpliendo la labor que nos dejaste como ejemplo, para que el mundo te conozca y crea en ti.

Un abrazo y bendiciones.

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