Me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?Salmo 8:4.
Lectura: Salmo 8:1-9. Versículo del día: Salmo 8:4.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor no se cansa de mirarnos
con compasión. Jamás nos ha hecho a un
lado. Dios, el Infinito y Eterno Dios,
siempre tiene un lugar especial en su corazón para cada uno de nosotros. ¡Es admirable su creación! Y al hombre lo ha
entronizado en medio de ella, para que la disfrute y la domine (vv. 5-6). ¡Este es nuestro Dios! Buscándonos amorosamente no sabe que más
hacer por nuestro bien.
Cuando se hizo hombre y vino a la
tierra, no se molestó de maravillar con sus obras: Sanar enfermos, echar fuera
demonios, calmar vientos y tempestades (Mateo 8). ¡Lo asombroso es que igual lo sigue haciendo! Y yo por lo menos no dejo de preguntarme:
¿Quién soy Señor, para que me tengas tanto en cuenta?
Salgamos al campo: observemos la
belleza de las flores, el trinar de los pajaritos, el murmullo de los ríos, el azul
del firmamento, la destreza de los animales.
¡Toda su creación es maravillosa! Estamos rodeados de tanto bien y ni siquiera
nos acordamos de darle las gracias por ello.
Su amor va más allá de lo inimaginable: Basta ponernos en contacto con
Él, para recibir su sanidad, su consuelo y llenarnos nuevamente del dulce calor
con que nos abriga a diario. "¡Qué imponente es tu nombre en toda la tierra!" (v.9).
Ábrele tu corazón; escúchale. Él
quiere de lo mires, lo detectes y así puedas entender el incalculable amor que
tiene para ti. Te ha buscado por doquier y jamás se cansará te hacerte bien.
Amado Señor: De verdad, que no
merecemos todas la bondades con las que a diario nos inundas. Solamente Tú, oh Dios bueno, sabes darnos
muchísimo más de lo que necesitamos y cosechamos.
Un abrazo y bendiciones.
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