lunes, 28 de noviembre de 2011

Cómo ser libres

–Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Juan 8: 31b-32.


Lectura diaria: Juan 8:31-41. Versículos para destacar: Juan 8:31b-32.


ENSEÑANZA


Muchísimas personas han hecho la oración de fe pero también otras muchas no tienen el fruto esperado en su vida cristiana; poco demuestran que lo son. Todavía están esclavizados al pecado, tienen temores, ansiedad, depresiones y actúan como si el Señor no hubiese entrado en sus vidas. En primer lugar hay que decir que el Señor es un caballero y no se mete más allá de donde no permitimos entrar. Cuando recibimos al Señor le decimos que tome el control del trono de nuestra vida pero la vida diaria se nos convierte en rutina y fácilmente nos olvidamos que quien está gobernando es el Señor y lo desplazamos fácilmente. Cuando me convertí al cristianismo me expresaban lo anterior con unos gráficos: un círculo era mi vida; en el trono muy bien sentado estaba mi ego y alrededor de este, problemas grandes y pequeños que me bombardeaban; por fuera del círculo estaba Jesús. Al aceptarlo, Jesús entraba en mi vida y tomaba en cetro de ella, desplazando el ego y dirigiendo cada uno de esos problemas. También me mostraban el círculo tal como estaba en el primer diagrama, solo que el Señor ya no estaba por fuera sino adentro pero corrido del trono y nuevamente los problemas alrededor. Estos tres círculos enseñaban lo dicho por el apóstol Pablo en 1 Corintios 2:14-15 y 3:1-3: el hombre natural, el espiritual y el carnal. El carnal hace todo exactamente igual al natural, al que nunca ha entregado su vida a Jesús; muchas veces porque es inmaduro y otras tantas porque no le gusta obedecer ni someterse a la Palabra de Dios y así Dios no puede actuar.

Respecto a la lectura del día, en general siempre escuchamos el versículo 32 y no tenemos en cuenta que en la última parte del 31 existe una condición para que se cumpla lo expresado en el 32. “Si se mantienen” ¿qué hay que mantener? Fidelidad a las enseñanzas de Jesús. ¿Para qué? Para ser sus discípulos y obtener la libertad que da Cristo. La verdadera libertad que nos libra de las garras del pecado y de vivir una vida amargada sin propósito alguno. El hombre natural cree tenerlo todo y no necesitar de nadie menos de Dios; vive a su antojo y hace de su vida su propia esclavitud. Quizá está sumido en el trago, la droga, el cigarrillo o pornografía y se cree lo suficientemente autónomo de su “libertad” cuando en realidad está inmerso en la esclavitud del pecado. Lo que llama libertad es un libertinaje. Si queremos ser totalmente libres debemos aferrarnos a la Palabra de Dios con mente, espíritu y sentimiento; volvernos hacedores de ella y no solamente oidores. Dejemos que Jesús sea verdaderamente el Señor y Amo de todas las áreas de nuestra vida para que obtengamos también la verdadera libertad que Él nos ofrece.


Jesús dijo ser la verdad (Jn. 14:6), y esa verdad es la que nos da libertad. Si le permites conocerle, Él puede empezar en ti un proceso de renovación brindándote libertad. El mismo Señor se encargará de enseñarte e instruirte en su camino y quitará de ti, el yugo de la esclavitud. ¿Quieres hacerlo? Te puedo guiar con una corta oración. Por favor dile así:


Señor Jesucristo: Yo te necesito. Te abro la puerta de mi corazón y te acepto en mi vida como Señor y Salvador personal. Perdona mis pecados; toma el control del trono que hasta ahora yo manejo y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por venir a morar conmigo y por perdonarme. Gracias por llevarme de la mano contigo y enseñarme la verdadera libertad. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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