viernes, 7 de octubre de 2011

Dios soberano sobre todo

He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor.
2 Reyes 20:5.


Lectura diaria: 2 Reyes 20:1-11. Versículo para destacar: 2 Reyes 20:5.


ENSEÑANZA


El rey Ezequías de Judá se enfermó y estuvo a punto de morir; sin embargo oró al Señor quien le respondió y además le dio una señal extraordinaria (vv. 2-9). Primero vemos que a través del profeta Isaías, Dios le había manifestado al rey que pronto moriría (v.1); después Ezequías clama al Señor y obtiene su respuesta; y como para culminar su obra sanadora, el Señor termina su completa soberanía, demostrando que tiene poder no solo en la vida sino también que es el Rey del universo y le da una señal mandando que se retrase el sol: “el Señor hizo que la sombra retrocediera diez gradas en la escala de Acaz” (v. 11).

Esto me recuerda el corito de una canción que se cantaba al inicio de mi vida cristiana: “Ahora que lo digan todos, ¿quién es el Rey de reyes? El Rey de reyes es el Señor”. Sí, ¿quién puede decir lo contrario ante hechos semejantes? No es tan fácil para los incrédulos aceptar una sanidad divina y mucho menos lo será reconocer que Dios tiene poder sobre toda su creación. Pero como reseña les contaré lo que sucedió en la Nasa cuando científicos quisieron determinar la posición del sol, la luna y los planetas al pasar cien años y mil años; tendrían que saber primero cuáles fueron las posiciones anteriores para determinar las futuras. Sus computadoras demostraban que faltaba un día en el curso de la historia y ellos no entendían lo que pasaba; se encontraban confundidos y alguien recordó que la Biblia narraba que Josué cuando estaba librando una batalla, le había pedido a Dios que el sol se detuviera (Jos. 10:12); recurrieron a la Biblia y encontraron el día que faltaba pero no estaba completo; “el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero” (Jos. 10:13); el tiempo para Josué había sido de 23 horas, 20 minutos, según lo descubrieron ellos. Volvieron nuevamente a las Escrituras porque la misma persona recordó también que en los tiempos de los reyes de Judá, decía algo parecido y precisamente en la historia de Ezequías, hallaron exactamente lo que faltaba para completar el día: 20 minutos que eran exactamente las diez gradas que se retrocedieron como muestra de la sanidad para el rey Ezequías. ¡Claro, clarísimo para científicos y gente del común! Nadie con tres dedos de frente puede negar el curso de la historia y reconocer que en todo el universo hay una mano puesta del Diseñador divino. Su soberanía le pertenece y es dueño absoluto de vidas, tiempos, y astros. Recordemos que el Señor también mandó que cesara la tormenta y sus discípulos espantados se decían: “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mc. 4:41). ¡Este es el Rey de reyes, el Señor de Señores! Lleno de poder y gloria.


Si deseas conocerle, te invito a orarle así:


Señor Jesucristo: Ciertamente he escuchado de ti pero nunca viéndote como el Dios soberano del universo entero. Hoy decido aceptarte como Dios, Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón para que me hagas la persona que quieres que yo sea. Perdona todos mis pecados y llévame de la mano contigo. Gracias Señor por hacerlo y por demostrarme que eres el Rey de la creación. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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