viernes, 2 de septiembre de 2011

Sabiduría para hacer lo correcto

Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal.
1 Reyes 3:9.


Lectura diaria: 1 Reyes 3:1-15. Versículo para destacar: 1 Reyes 3:9.


ENSEÑANZA


Salomón al tomar el poder cono rey de todo el pueblo de Israel, le pide a Dios sabiduría para poderlo manejar. El versículo paralelo en 2 Crónicas 1:10 dice: “Yo te pido sabiduría y conocimiento”. Estas tres palabras encierran en sí, lo mismo: sensatez, juicio, cordura, acierto, prudencia, intuición, comprensión. Dios, no solo le concedió a Salomón sabiduría sino que también lo prodigó de bienes, riquezas y larga vida, por el hecho de haberle pedido el don más preciado para lograr gobernar justamente. Tristemente, contrario a lo que actualmente vemos; las ansías de poder ahora van encaminadas casi siempre al enriquecimiento a costa de lo que sea, sin tener en cuenta para nada al pueblo y eso que es él, como en el caso nuestro, quien los elije.

A través de Salomón podemos aprender que en todo cargo por pequeño que sea, se necesita abundante sabiduría para dirigirlo como a Dios le agrada. Hay que tener en cuenta que sea cual sea la posición que tengamos y sea cualquier grado de autoridad, debemos primero que todo, entregarle a Dios ese trabajo y a la vez pedirle discernimiento para actuar en justicia y equidad, ante quienes tenemos que manejar. Así, es tan necesaria la sabiduría en un hogar (que entre otras, es la principal empresa para administrar), como en una gran empresa, empezando desde su cabeza (gerente) hasta el empleado menos relevante. Todos necesitamos el don preciado de la sabiduría para obrar correctamente, porque cualquier trabajo por insignificante que parezca debe ser avalado por el mejor Patrón.

Como enseñanza nos queda aprender a pensar primero en los demás; dejar el ego a un lado y pedir ante todo por la familia, el hogar, la empresa, o pueblo. Recapacitando más en el bien ajeno que en el propio. Considero que si actuamos de este modo, vamos a lograr resultados muchísimo más valiosos porque lo estamos haciendo a la manera de Dios; y como en todo lo bien hecho, las bendiciones no se harán esperar. Y si a alguno le falta sabiduría, pídasela al Señor (Stg. 1:5).


La Biblia nos enseña que el principio de la sabiduría es el temor al Señor (Pr. 1:7). Quizá, nunca antes habías entendido este descifrar y ahora quieres conocer en verdad a Dios para amarlo y obedecerle como Él lo espera. Si es tu deseo puedo guiarte con una corta oración; por favor dile así:


Señor Jesús: te necesito. Sé que soy pecador y te pido perdón por ello. Decido aceptarte como mi Señor y Salvador personal, toma el control del trono de mi vida y hazme de acuerdo a tu santa voluntad. Gracias Señor por venir a morar conmigo; por perdonarme, y por darme todo el poder de tu Santo Espíritu para comportarme sabiamente. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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