miércoles, 14 de septiembre de 2011

La novia ansiosa de la boda

¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente.

Apocalipsis 19:7-8.


Lectura diaria: Apocalipsis 19:1-16. Versículos para destacar: Apocalipsis 19:7-8.


ENSEÑANZA


La invitación a toda boda nos alegra y desde mucho antes pensamos en los preparativos para asistir porque queremos presentarnos de la mejor manera. Pero hay una boda que sobrepasa a todas las demás: Las bodas del Cordero, y al igual que sucedió con nuestra boda, los cristianos la esperamos ansiosamente. ¿Pero si estamos haciendo los preparativos adecuados para presentarnos ante nuestro Novio celestial? ¿Nuestro traje si es de lino fino, limpio y resplandeciente? Aquí se nos dice que el lino fino representa las acciones justas de los santos (entiéndase por santo todo aquel que ha sido rescatado por el Señor Jesucristo). ¡Cuánto valor tiene para Dios la justicia! Eso es lo que nos pide, obrar rectamente en todo momento de nuestra vida; seguir derechos por su senda sin desviarnos ni a derecha ni a izquierda. Gracias a Dios, limpios y resplandecientes ya estamos, pues su preciosa sangre nos ha limpiado de todo pecado, no por merecerlo sino porque precisamente esa sangre nos ha justificado ante sus ojos y podemos presentarnos radiantes, satisfechos como obreros que no tenemos nada de qué avergonzarnos (2 Ti. 2:15). Claro, si buscamos siempre el bien.

Ya se acerca ese día, ¡pronto vendrá el Señor y con Él vamos a cenar! Será la culminación de nuestro noviazgo para estar por siempre unidos a nuestro mejor Esposo que es Rey de reyes y Señor de señores (v. 16). Es el Verbo de Dios, Fiel y Verdadero (vv.11 y 13); al que no le importó despojarse de su investidura, ni sufrir penalidades hasta morir de la muerte más humillante como era la muerte de cruz y todo eso lo hizo por su novia, su amada. ¡Oh Señor! Ya todo está listo o parece estarlo. Tu novia, tu iglesia dice: “¡Apresúrate amado mío! ¿Por qué he de andar vagando entre los rebaños de tus amigos? ¡Ojalá pudiera mi cabeza reposar sobre su izquierda! ¡Ojala su derecha me abrazara! Mi amado es mío y yo soy suya. ¡Grábame como un sello sobre tu corazón, llévame como una marca sobre tu brazo!” (Cantares) Sí Señor, ¡Apresúrate! Tu novia te espera ansiosamente.


Este es el amor que Dios tiene dispuesto para ti: el de su propio Hijo Jesucristo quien se entregó y humilló por tus pecados. Si admites lo que hizo para salvarte tendrás parte en las bodas del Cordero. ¡Será la mejor fiesta a la que asistirás, te lo aseguro! Él, el novio, está a la puerta de tu vida llamando para que le permitas seguir y cenes con Él en ese grandioso día. ¿Deseas aceptarlo? Si es así, te invito a orar conmigo de la siguiente manera:


Señor Jesucristo: Te necesito; confieso que soy pecador y te pido perdón por ello. Ven a mi vida; hoy decido aceptarte como mi único y suficiente Señor y Salvador personal. Toma el control del trono que hasta ahora yo manejo y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por venir a morar conmigo; por perdonarme y vestirme de traje limpio y resplandeciente esperando tu glorioso regreso para asistir a tu boda. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: