miércoles, 21 de septiembre de 2011

Decide a cuál Dios vas a seguir

¿Hasta cuándo van a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el Señor, deben seguirlo; pero si es Baal, síganlo a él.

1 Reyes 18:21.


Lectura diaria: 1 Reyes 18:16-41. Versículo para destacar: 1 Reyes 18:21.


ENSEÑANZA


Quizá estemos como en los tiempos de Elías, donde el pueblo se había dejado llevar por la idolatría del rey de Israel y unas veces adoraban al Señor, mientras otras, se inclinaban hacia los altares mandados a construir por el mismo rey y su familia, para rendirle culto a Baal y a la diosa Aserá (1 Re. 16:30-33). ¿Cuántos de los nuestros están en las mismas condiciones? Han escuchado hablar del Señor Dios Todopoderoso, pero no dejan de poner sus ojos en ídolos hechos por el hombre: “Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír; ¡ni siquiera hay aliento en su boca! Semejantes a ellos son sus hacedores y todos los que confían en ellos” (Sal. 135:15-18). Si bien están errados es obligación nuestra guiarlos por el camino correcto; tal vez, unos acepten y otros no. Sin embargo, no podemos dejar pasar el tiempo sin que hagamos algo al respecto. Nuestro testimonio es de mucho valor en estos casos y debemos cumplir el mandato dejado por el Señor Jesucristo: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes” (Mt. 28:19-20). Y es el Espíritu Santo quien nos da el poder para ir y ser testigos “tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch. 1:8). Vale la pena preguntarnos si nuestra Jerusalén o Judea ya están evangelizados, teniendo en cuenta que la Jerusalén de cada uno, es lo que tiene más cercano (su hogar); Judea (sus familia) y Samaria (vecinos o amigos).

Como lección, no critiquemos ni juzguemos a los que no comparten nuestra creencia, simplemente oremos por ellos y pongamos manos a la obra redentora de Cristo Jesús. Al final, ellos decidirán cual dios escogen: el Dios celestial o el dios de los hombres.


Es mi oportunidad decirte mi amigo o pariente que el Señor Jesús quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad que es Él; por eso murió en una cruenta cruz por tus pecados, enfermedades y calamidades, porque te ama tanto que quiere hacerte partícipe del reino celestial. ¿Deseas aceptarle en tu vida? La Biblia dice que a todos cuantos le recibieren les dará el poder de ser hechos hijos de Dios (Jn. 1:12); el Señor vino para ofrecerte vida eterna porque el que tiene al Hijo tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida (1 Jn. 5:11 y 12). ¿Deseas aceptarle en tu vida? Podemos hacerlo con una corta oración como ésta:


Señor Jesucristo: Confieso que soy pecador y te pido perdón por ello. Toma mi vida, te la entrego para que seas mi Señor y Salvador personal. Hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por venir a morar conmigo y perdonar todos mis pecados. Enséñame a vivir de acuerdo a tus mandatos con el poder de tu Santo Espíritu. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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