viernes, 1 de abril de 2011

Contar bien nuestros días

Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
Salmo 90:12.


Lectura diaria: Salmo 90:1-17. Versículo para memorizar: Salmo 90:12.


ENSEÑANZA


Quién mejor que Moisés para decirnos cómo administrar el tiempo. Él que fue criado como príncipe en Egipto y que más tarde anduvo por cuarenta años, dirigiendo al pueblo de Israel hacia la tierra prometida padeciendo penalidades y angustias, sabe muy bien lo que quieren decir sus palabras en la oración, dirigida a Dios en este Salmo. El paso de los días, es la única manera de aprender y por algo en los ancianos se haya tanta sabiduría. Los golpes y adversidades de la vida nos van puliendo y fortaleciendo diariamente. Para el Señor la vida es un suspiro; nacemos, morimos y volvemos a ser polvo: “Tú haces que los hombres vuelvan al polvo… Mil años son como el día de ayer, que ya pasó; son como unas cuantas horas de la noche” (vv. 3-4). No tenemos la vida comprada y en cualquier momento podemos dejar de existir, es por esto que debemos aprender a sacar el mayor provecho de nuestros días ¿para qué abrumarnos tanto? ¿Para qué sufrir así? Quizá estás viviendo una relación tormentosa o pasando por una crisis financiera que te agobia y quisieras desaparecer del mapa. La vida se nos va y se esfuman nuestros años como un suspiro. Recapacita y piensa si vale la pena seguir dejando que se escapen los días, las horas y minutos sin ponerle fin a tu congoja. Busca la mejor solución a tu problema y empieza a gozar cada segundo de tu existencia. Alégrate con tus hijos y dales lo mejor de ti. Piensa que vale más una hora con ellos llena de amor, que horas continuas de peleas y regaños. Haz un balance, Dios quiere darte paz, pero es tu deber buscarla. “El que quiera amar la vida y gozar de días felices…. que busque la paz y la siga” (Sal. 34:12 y 14). Se nos va el tiempo y no aprendemos a gozar a los hijos cuando son pequeños, ni mucho menos en su juventud. Cuando ya se han ido de nuestro lado, ¡cuánto los añoramos! Si tienes a tus padres vivos, ¡disfrútalos! Y si gozas de un trabajo, ¡disfrútalo! Gracias a Dios por él, no todos lo tienen. ¡Señor: enséñanos a contar bien nuestros días!


El único que puede guiarte y darte la sabiduría necesaria para manejar tu vida, se llama Jesús. Te puedo insinuar una corta oración para que se la entregues a Él.


Amado Jesús: El tiempo corre y corre y no hallo sosiego alguno. Quiero entregarte mi vida para que seas tú canalizándola y llevándola a feliz término. Toma el control de ésta y perdona todos mis pecados. Decido aceptarte como mi Señor y Salvador personal. Gracias por hacerlo buen Jesús; gracias porque contigo aprenderé a contar bien mis días. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: