lunes, 4 de abril de 2011

Obedecer a Dios por encima de...

–¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! –respondieron Pedro y los demás apóstoles–.
Hechos 5:29.


Lectura del día: Hechos 5:17-42. Versículo para memorizar: Hechos 5:29.


ENSEÑANZA


Dios busca que le obedezcamos y que Él sea el primero en nuestras vidas. Muchas veces nos confundimos, porque hemos llevado desde la infancia un estilo de vida muy diferente y las normas del mundo influyen, desviándonos en determinadas ocasiones. La persona restaurada debe ante todo aprender lo que le agrada a Dios y qué es lo que espera el Señor de ella, para saber cuál rumbo será el correcto. No debemos dejarnos llevar por ideas y razones que van contrarias a lo que Dios dice en su Palabra. Ante estas situaciones, es necesario preguntarnos ¿esto le agradaría a Dios? En los actuales tiempos, donde la corrupción es el pan de cada día, hay que tener mucho dominio propio y ser radicales en nuestras convicciones para no caer, especialmente las personas que tienen un trabajo público. Aunque a la hora de la verdad, sea público o privado va a ser igual y si se es débil o se tiene la tendencia a hacer las cosas al revés, difícilmente se va a desistir de la tentación. No solamente Pedro nos llama a obedecer a Dios ante todo, el apóstol Pablo de diferentes maneras también nos exhorta en sus cartas a hacerlo. Esto no contradice para nada el hecho de someternos a las autoridades y respetarlas. Todas han sido puestas por Dios (Ro. 13:1-5). Si hacemos lo bueno, no hay que temer; los que actúan mal, son los que reciben el castigo. Lo que sí tenemos que cuidar es que ninguna de estas leyes vaya en contra de lo estipulado por Dios (casos como los abortos o matrimonios con personas del mismo sexo entre otras), así no estemos de acuerdo con eso, es necesario amar a esas personas porque como dice Pablo: “Todos los mandamientos, se resumen en este precepto: ama a tu prójimo como a ti mismo” (Ro. 13:9), esto es “tolerancia en la distancia”. Cuando hacemos el bien y damos todo de sí, estamos agradando a Dios. Busquémosle y empecemos a hacer lo que a Él le gusta: simplemente obedecerle como al Ser Supremo que es y a quien en verdad debemos dar cuenta de nuestros actos.


Te invito a hacer la siguiente oración a Jesús, si nunca antes has tenido un encuentro personal con Él:


Señor Jesús: confieso que soy pecador y acepto la presencia tuya en mi vida para que perdones y limpies mi maldad. Quiero obrar correctamente y depender solamente de ti. Por favor toma el control del trono de mi vida y llévame por la senda que deseas para mí. Gracias Señor por venir a morar conmigo y por perdonarme. Gracias por darme la vida eterna y enseñarme a obedecerte. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: