martes, 1 de febrero de 2011

Creciendo la semilla de mostaza

Pero una vez sembrada crece hasta convertirse en la más grande de las hortalizas, y echa ramas tan grandes que las aves pueden anidar bajo su sombra.
Marcos 4:32.


Lectura diaria: Marcos 4:30-34. Versículo para memorizar: Marcos 4:32.


ENSEÑANZA


La vida espiritual del nuevo creyente se parece a la semillita que se ha sembrado; puede ser muy pequeña pero con el tiempo va a convertirse en un tupido árbol donde a través de su testimonio, muchos otros van a llegar para protegerse de los problemas cotidianos. Tenemos que preguntarnos si en verdad, estamos permitiendo que ese granito crezca y se desarrolle como es debido. ¿Lo estamos regando constantemente? ¿Lo estamos abonando? ¿Se poda cuando es necesario? Considero que el regarlo y abonarlo nos corresponde a nosotros y la poda, así nos duela es cosa del Señor. La oración y adoración es la manera de regarlo y la lectura de la Palabra de Dios es la que poco a poco se va abonando en el corazón de tal modo, que pueda ir creciendo sin obstáculos. Cuando ya empiezan sus ramas a decaer y marchitarse, necesita un desmoche para que vuelva a levantarse hasta llegar al punto deseado. Esta es la instrucción del Señor que está pendiente para que no nos desviemos o para volver a enderezarnos por el camino recto (Sal. 32:8).

Aprendamos de esta parábola a permitir que el Señor vaya creciendo en nosotros de tal manera que podamos también ser sombra acogedora para muchos que necesitan un poco de frescura y de sosiego en su vida.


Quizá frente a la poda de tu árbol, tuviste que acogerte a otros. Recordemos que nadie puede consolar si no ha sido consolado y ahora el turno es para ti. Extiende tu follaje hacia aquel necesitado, brindándole protección y reposo. Seguro que cansado y sediento te lo sabrá agradecer.


ORACIÓN


Señor Jesús: quiero entregarte la semilla de mi vida para que permitas que crezca y se convierta en un frondoso árbol. Por favor, ven a mí y perdona mis pecados. Te acepto como mi Señor y Salvador personal. Gracias por hacerme una persona nueva, por perdonar mis pecados y por enseñarme cada día a cuidar es planta tan especial que soy para ti. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: