viernes, 11 de febrero de 2011

Saber que así es

Tú has visto muchas cosas, pero no las has captado; tienes abiertos los oídos, pero no oyes nada.

Isaías 42:20.


Lectura diaria: Isaías 42:18-25. Versículo para memorizar: Isaías 42:20.


ENSEÑANZA


Dios se nos manifiesta de una u otra manera; sin embargo, siempre hay una disculpa para no reconocerlo como Dios ni para aceptar su soberanía. Cada día se pretende darle más valor a la ciencia e incluso a los astros, que admirar la mano de Dios en el giro de la historia. Se registran los avances científicos, pero se olvidan del científico por excelencia. Otros, por su parte, han escuchado de Dios y saben que así es, pero poca atención le ofrecen. Han visto una cruz con un hombre clavado allí, simbolizando su muerte, y de ahí no pasan. Muchos más, han palpado directamente la sanidad de sus cuerpos o el salir avante en una emergencia, y las gracias y el elogio son para los hombres. El corazón humano está entenebrecido y no puede captar la bondad y misericordia de Dios.

El profeta lo describe: “Sordos, ¡escuchen! Ciegos, ¡fíjense bien!” (v. 18) y como presagiando lo por venir pregunta: “¿Quién de ustedes escuchará esto y prestará atención en el futuro?” (v. 23). El hombre está vacío y no tiene cómo vencer. Hasta que no llene esa área de su vida, no podrá captar ni entender quién es en realidad Dios; quién es el inventor, el artista, el artesano, el artífice de la obra y eje central de la creación. El Señor Jesús lo dijo cuando vino a la tierra, citando a Isaías: “Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán”; “De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían y yo los sanaría” (Mt. 13: 13 y 15b).


No te permitas seguir en el montón. Busca a Jesús para que sea Él quien ablande tu corazón, te conviertas y le sigas; para que encuentres la paz y el sosiego que tanto necesitas; ¡deja que llene el vacío que hay en tu vida! Si deseas podemos orar:


Señor Jesucristo: No quiero continuar con mi insensatez. Yo te necesito, te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados, dame una nueva vida contigo donde yo pueda abrir bien los ojos y entender el mensaje de la salvación. Gracias por venir a morar conmigo; por perdonarme y limpiarme; por darme la vida eterna y llenarme de tu Santo Espíritu. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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