jueves, 3 de febrero de 2011

Regla de oro a seguir

El que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños.
Salmo 34:12-13.


Lectura diaria: Salmo 34:1-22. Versículos para memorizar: Salmo 34:12-13.


ENSEÑANZA


Con los labios bendecimos y maldecimos; alabamos y desafiamos. La Biblia nos enseña que debemos aprender a refrenar la lengua (Stg. 3:1-12); porque, “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto” (Pr. 18:21). Si hablamos bien, vamos a vivir bien; si hablamos mal, arrastraremos el fruto de lo hablado.

No importa volver a recalcar sobre lo mismo. Son muchos los devocionales compartidos sobre la lengua mal administrada y sus consecuencias. Creo que estos versículos los debemos tener muy en cuenta para ir poco a poco aprendiendo a domar nuestras palabras. Muchas veces, sin percatarnos, ofendemos y cuando reaccionamos ya es tarde porque lo dicho, dicho está y no hay vuelta de hoja.

Si deseamos en verdad ser feliz en la vida, debemos tener presente esta norma de oro y no proferir engaños ni maltratos con la lengua. Como lección, permitamos al Espíritu Santo dirigirnos en todas las áreas de nuestra vida y si nos es difícil mantener la boca cerrada, pidámosle ayuda a Él para que nos dé el fruto del dominio propio y logremos cada día, avanzar en dicho propósito. Es importante antes de pronunciar palabras necias, pensarlas y meditar si al Señor le gustaría en verdad que las digamos. Muy seguramente, cambiaremos de opinión y estaremos gozosos de haber podido vencer sobre el mal.


ORACIÓN


Amado Jesús: Dominar el deseo de hablar descontroladamente es uno de mis mayores problemas. Te pido que entres en mi vida y tomes el control de todo mi ser, en especial de mi lengua. Te acepto como Señor y Salvador de mi vida. Perdona mis pecados y haz de mí, la persona que deseas que yo sea. Gracias Señor por hacerlo, por darme una nueva vida contigo, por enseñarme a frenar mis palabras y por tener todo el poder de tu Santo espíritu. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: