domingo, 31 de octubre de 2010

La naturaleza emite su voz

¡Canten alegres los campos y todo lo que hay en ellos! ¡Canten jubilosos todos los árboles del bosque!
Salmo 96:12.


Lectura diaria: Salmo 96:1-13. Versículo del día: Salmo 96:12.


ENSEÑANZA


Hay momentos tan especiales con Dios que todo pareciese, se inclina a reverenciar al Señor. Si vemos en Isaías 55:12 lo que nos dice el verso, comprobaremos que es una promesa para los creyentes: “Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y aplaudirán todos los árboles del bosque”. Solamente nosotros los cristianos tenemos ese privilegio de encontrarnos en íntima unidad con Él. Los cielos cuentan su gloria y proclaman su obra. Un día a otro va transmitiendo la noticia y una noche a la otra se lo hace saber (Sal. 19:2). Esto me hace pensar en que no solamente le reverencian la naturaleza y la humanidad, sino que aun los tiempos entienden la sublimidad del Creador. Nuestra mente no puede captar cómo puede suceder, pero si en sus manos están los tiempos, éstos si debe conocer el misterio que se esconde en ellos y por lo tanto expresar su palabra cualquiera que sea la época que se esté viviendo. Busquemos un lugar apartado para orarle y alabarle, si es en el campo mucho mejor; el Señor se goza con la alabanza de su pueblo. Aprendamos a ser agradecidos; el sólo hecho de estar vivos un día más debe inducirnos a adorarle. Ahora veamos: tenemos un techo para dormir, un vestido para abrigarnos, comida, salud, bienestar, etc. si hacemos un recuento de nuestra vida, son más los favores recibidos que la adversidad afrontada; y si así fuera debemos decir como Habacuc: “Aún así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!” (3:18). La naturaleza emite su voz y nosotros debemos aprender de ella.


Un abrazo y bendiciones.

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