A ustedes los hombres, les estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad.Proverbios 8:4.
Lectura diaria: Proverbios 8:1-36. Versículo del día: Proverbios 8:4.
ENSEÑANZA
La Biblia enseña que el principio de la sabiduría es el temor de Dios (Pr. 1:7). Cuando le tememos reverentemente, le buscamos y nos acercamos para escucharle y cumplir sus preceptos. El hombre que teme a Dios es sabio y esta sabiduría es la que le permite comportarse con integridad, escudriñando la prudencia y el discernimiento, hablando con justicia y verdad. Por eso dice la sabiduría, en el capítulo del día: “Opten por mi instrucción, no por la plata; por el conocimiento, no por el oro refinado” (v. 10). Definitivamente la sabiduría viene ligada de la mano de Dios, por eso hay que saber lo que Él desea de nosotros y la única manera de entenderlo es a través de su Palabra, conociendo su ley que es perfecta y deseable. La persona sabia encomienda al Señor su camino desde la mañana, y estar listos a escuchar su voz: “Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa. En verdad, quien me encuentra halla la vida y recibe el favor del Señor” (v. 33-34). Hay un dicho que dice: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”. Si estamos bajo el manto de Dios, pegados fuertemente de Él, vamos a caminar bajo sus estatutos y la sabiduría vendrá por añadidura; nos hará ir por caminos rectos y pondrá en nuestros labios palabras de alabanza y adoración: “El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre! (Sal. 111:10). Aprendamos a estar atentos a la voz de la sabiduría, porque ésta es la voz de Dios; que ante los ojos del mundo seamos sensatos demostrando cordura en toda situación, para que ellos sepan que hay un Dios y deseen conocerle.
Un abrazo y bendiciones.
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