domingo, 17 de octubre de 2010

Rescatados por los embajadores

Vengan, síganme –les dijo Jesús–, y los haré pescadores de hombres.
Mateo 4:19.


Lectura diaria: Mateo 4:18-22. Versículo del día: Mateo 4:19.


ENSEÑANZA


Esta mañana no sabía sobre qué tema hacer el devocional. Actualmente estoy leyendo los salmos y el capítulo del día que le corresponde a Proverbios únicamente, pues este año me rindió leer la Biblia y hace unos días la terminé; por consiguiente, como regularmente escribo sobre la lectura diaria no entendía el porqué nada me convencía. Al llegar a la iglesia y escuchar la predicación, percibí un murmullo del Espíritu Santo que me decía: “Esto es muy importante para mí y sobre este mismo tema quiero que hagas el devocional”. Definitivamente sí. Por lo menos en mi iglesia este año es considerado como el del “discipulado” y yo personalmente lo comencé con grandes deseos de alcanzar muchas almas para Cristo. Como todo comienzo hay fervor y entusiasmo, pero poco a poco las buenas pretensiones se van desvaneciendo y nos tornamos fríos y apáticos. Creo que a todos nos pasa lo mismo, entonces, vale la pena recordar el compromiso hecho a inicio del año y empezar a poner en práctica el verso del día. Somos embajadores del Señor aquí en la tierra y la misión de todo embajador es ante todo dar a conocer su país. El Señor dijo: “Mi reino no es de este mundo” (Jn. 18:36), y “En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar” (Jn. 14:2). Les comparto lo mismo que aprendí: Como embajadores debemos seguir a Cristo de manera idónea sabiendo que somos “linaje escogido, nación santa, pueblo que pertenece a Dios” (1 P. 2:9). Consientes de lo que nos acredita en el rol de embajadores, nos corresponde llevar el mensaje de reconciliación (2 Co. 5:20) para el hombre. Somos por consiguiente, comisionados para ir y dar fruto que perdure (Jn. 15:16). El embajador debe gozar de confiabilidad, disposición y obediencia. ¿Estamos comprometidos en el cumplimiento de la gran comisión? ¿Estamos dispuestos a ganar ese derecho? ¿Somos obedientes a la voz de Dios? Cada uno nos podemos contestar sinceramente lo anterior. Termino con el ejemplo del pastor porque es muy elocuente: Todos admiramos por televisión el rescate de los treinta y tres mineros de Chile; tanto el gobierno como el pueblo chileno se volcó para rescatarlos y que como dijo uno de ellos: “volver a la vida”. El gobierno puso todo su empeño, conocimiento y osadía incluso, en su liberación. Para mí, esas treinta y tres personas conformaban una pequeña sociedad donde se encontraba un líder espiritual que les hablaba de Dios; otro que era futbolista, otro que tenía miedo de salir porque lo cogieron “in fraganti” y así sucesivamente. Los catalogaron en tres clases: los lanzados, los débiles y los fuertes. Considero que esto es una pequeña muestra del mundo, donde todos somos pecadores; no creamos que los unos somos menos que los otros por este o aquel pecado. Aquí hay de todo: grandes, pequeños, fuertes, valientes, gordos y flacos; unos pecando de un modo y otros de manera diferente pero de todas maneras atrapados en un mundo oscuro, ávidos de encontrar el camino que lleve a la luz. Nosotros como embajadores, estamos afuera tratando de alcanzar a los perdidos. ¿Si estamos usando la osadía para lograr el cometido? (predicar a tiempo y a destiempo). Barreras hay muchas, pero también poseemos las herramientas necesarias (Biblia, oración, estudio, seminarios, etc.) ¡Qué alegría sentimos al ver salir el primer minero! ¡Y qué orgullo para el presidente de Chile cuando salió el treinta y tres! ¿También nos regocijamos cuando una persona alcanza la salvación? La Biblia dice que hay fiesta en el cielo. Que este acontecimiento nos sirva de ejemplo para llevar también de las tinieblas a la luz a los perdidos. “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Esta es la voz del Señor y la cual les dejo para reflexionar antes de que termine el “año del discipulado”. Oro para que tanto ustedes como yo, seamos receptivos a la enseñanza de hoy.


Un abrazo y bendiciones.

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