jueves, 21 de octubre de 2010

La mujer necia

Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera.
Proverbios 21:9.


Lectura diaria: Proverbios 21:1-31. Versículo del día: Proverbios 21:9.


ENSEÑANZA


Quizá se piense sobre el porqué de martillar tanto sobre el comportamiento de la mujer, pero es que ver tantos espejos a diario, me hace recalcar y recalcar sobre lo mismo, así me vuelva cansona. La Biblia es clara en afirmar que la mujer sabia edifica la casa, mientras que la necia con sus manos la destruye (Pr. 14:1). Mientras la sabia no sabe cómo hacer más placentera y fácil la carga del esposo, la necia no pierde un minuto para amargarlo y caerle encima. Desafortunadamente, poco se habla y se realizan terapias para las mujeres donde de verdad se muestre el lugar que debe ocupar ella en el hogar. Se cree que la liberación femenina es más bien “libertinaje femenino” y se dejan a un lado los preceptos de Dios, respecto al papel que la femina juega en el matrimonio. Liberación femenina no es suplantar al esposo; tenemos que ser consientes que ellos son la cabeza, así el orgullo nos diga lo contrario. Tampoco se puede ver al esposo como le he escuchado a algunas mujeres: “el marrano”, que tiene que servirme pase lo que pase y por encima incluso de su misma dignidad. Con razón el Señor nos dice en su Palabra que en esos casos “más vale habitar (el hombre) en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera”; más adelante en el verso 19 nos lo pone aún más dramático: preferible “en el desierto”. Si es difícil estar sujeto a un rincón, ¿cómo será sólo en pleno desierto? Sin embargo, para que tengamos en cuenta la magnitud del problema, el proverbio nos deja la enseñanza, que a pesar de lo difícil que pueda ser, es preferible tomar uno de esos dos caminos. Pendenciera significa agreste, de mal genio, belicosa, agresiva, reñidora, ofensiva, le gusta buscar pleitos y peleas a toda hora. La enseñanza va a reflexionar y recapacitar si somos así o nos estamos volviendo de ese modo. Comparemos lo que nos dice Proverbios 31:10-31, donde se instruye sobre el comportamiento de la mujer ejemplar y pongamos en práctica la sabiduría de Dios en nuestro hogar para que podamos dejar ese legado de paz y armonía, de manera que seamos artífices de los hogares que construyan nuestros hijos y que ellos nunca tengan que reprocharle a la madre y esposa lo que quizá los destruyó. En manos de la mujer, está el buen funcionamiento de su nido de amor. Nosotras mujeres creyentes, ¿damos ejemplo construyendo o derribando?


Un abrazo y bendiciones.

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