Fiesta continua

Para el afligido todos los días son malos; para el que es feliz siempre es día de fiesta.

Proverbios 15:15.

Lectura diaria: Proverbios 15:1-33. Versículo del día: Proverbios 15.15b.

ENSEÑANZA

A menudo nos encontramos con personas que con una sola palabra ya nos contagian de su desánimo; para ellas todo a su alrededor es malo. ¡Qué pereza! No es nada gratificante escuchar lamentos y lamentos. La Palabra de Dios nos motiva a estar alegres, gozosos, y como dice el verso: “de fiesta”. “El ánimo decaído seca los huesos” (Pr. 17:22b), en cambio el rostro alegre lo sana (Pr. 17:22) y lo hermosea (v. 13). Es bien cierto que las situaciones que debemos afrontar diariamente, nos pueden decaer y eso se entiende, pero de ahí, a que siempre estemos viendo lo negativo hay mucho trecho. El justo puede caer y no necesariamente caer por el pecado, también por el ánimo, pero el Señor lo volverá a levantar. La cuestión no es si se cae, quedarse caído; es reflexionar, limpiarse y seguir adelante. De igual modo, como si de verdad tropezáramos en la calle y fuéramos a dar de bruces al piso; indudable que no nos vamos a quedar en esa posición permitiendo que los transeúntes pasen y se rían de nosotros. Esta es la misma actitud que debemos tomar en la vida cotidiana y cristiana. Pablo en su epístola nos exhorta: “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” (Fil. 4:4). Fijémonos que no nos dice: “Algunas veces” o “cuando lo consideres”, es “siempre”. Esto quiere decir en todo tiempo sea bueno o malo. Cuando aprendemos a regocijarnos hasta en el más pequeño de los detalles, empezamos a vivir una fiesta continua y debe ser así, porque los cristianos tenemos el mejor regalo que alguien pueda añorar: al Señor Jesús en la vida y de ñapa, asegurada la morada eterna a su lado. Propongámonos a brindar sonrisas y alegrar el corazón de otros; quizá en nuestras manos esté el llevar consuelo a los afligidos de espíritu y un granito de arena de nuestra parte, puede levantarlos fácilmente.

Un abrazo y bendiciones.