domingo, 12 de septiembre de 2010

Poco el arrepentimiento

Tampoco se arrepintieron de sus malas acciones ni dejaron de adorar a los demonios y alos ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera los cuales no pueden ver ni oír ni caminar. Tampoco se arrepintieron de sus asesinatos, ni de sus artes mágicas, inmoralidad sexual y robos.
Apocalipsis 9:20-21.


Lectura diaria: Apocalipsis 9:13-21. Versículos del día: Apocalipsis 9:20-21.


ENSEÑANZA

Con motivo de un aniversario más del atentado a las torres gemelas, se han visto videos tan

patéticos y dramáticos, que después de nueve años, no dejan de impresionar e incluso llorar observando tan triste hecho. Toda esa multitud de personas corriendo de un lado para el otro, llorando, gritando, pidiendo auxilio unos, otros dando declaraciones enfurecidos y en fin muchas palabras y gente consternada en las calles del centro de negocios mundial. La frase más escuchada fue ¡Oh Dios! y me pregunto ¿De verdad invocaban a Dios? ¿Esperaban algo de Él? Ha pasado casi una década y tal pareciese que en la mayoría de corazones no se hubiese presentado a raíz de estos hechos, un arrepentimiento genuino. Al contrario, y como dice el versículo de hoy, no se arrepintieron de sus malos caminos: el hombre sigue matándose entre sí, adorando ídolos, robando, aún más los de cuello blanco; y si hablamos de la inmoralidad sexual, vamos de mal en peor. Quizá las escenas del 11 de septiembre nos permitan ver un poco lo que sucederá en la gran tribulación, aunque creo que esto es poco para lo que vendrá. No serán miles sino millones los muertos y dice el verso 6: “En aquellos días la gente buscará la muerte, pero no la encontrará; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos”. No soy una gran erudita de la Palabra de Dios y menos profeta pero se me ocurre pensar si tanta catástrofe, unas guiadas por la mano humana y otras por la naturaleza, ¿no serán los primeros síntomas de lo que llama el Apocalipsis “principio de dolores”? Sea o no sea, por ahora tenemos a nuestro alcance a Aquel que puede sacarnos adelante si volteamos los ojos humildemente hacia Él, clamando por su misericordia: al Señor Jesucristo, Él, que era, Él que es y Él que ha de venir. Hoy está listo para ofrecerte perdón de pecados y vida eterna. Tiene que haber un arrepentimiento sincero y a la vez creer que Dios Padre lo envió al mundo, padeció y fue levantado de entre los muertos. ¿Deseas acercarte a este Señor? Te puedo orientar con una sencilla oración, dile así: Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador y me arrepiento por ello. Te entrego mi vida para que hagas de ella lo mejor. Decido recibirte como mi suficiente Señor y Salvador. Gracias Jesús por morir por mí, por perdonar todos mis pecados, por darme la vida eterna y todo el poder de tu Santo Espíritu. En tu nombre Jesús, amén. Recordemos que todos debemos ser portadores de buenas noticias. Compartir a tiempo y a destiempo para que la humanidad caída llegue al arrepentimiento y se salve. En nuestras manos está. No dejemos que el mundo siga transcurriendo como si nada hubiese pasado. Estos hechos pueden ser alarmas de parte de Dios y no pensemos que es tarde para actuar.


Un abrazo y bendiciones.

1 comentario:

kirjoittaja dijo...

You have a very nice blog! Good to read & follow.
Drunknmunky - Pikavippivinkit