viernes, 10 de septiembre de 2010

Bajo el manto del Gran pastor

Porque el Cordero que está en el trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva, y Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos.
Apocalipsis 7:17.


Lectura diaria: Apocalipsis 7:9-17. Versículo del día: Apocalipsis 7:17.

ENSEÑANZA

Los pastores terrenales fallan y más aquellos que han confundido tan loable labor y la han comercializado. Así que lo que ellos hayan hecho o dejado de hacer, le concierne a Dios “Ustedes han dispersado a mis ovejas; las han expulsado y no se han encargado de ellas. Pues bien yo me encargaré de castigarlos a ustedes por sus malas acciones –afirma el Señor– “. Al resto de sus ovejas las reunirá de todas partes, donde crecerán y se multiplicarán. (Jer.23:2-3). Cuando estemos gozando de la presencia del Señor, será completamente diferente; ya estaremos juntos de toda nación, tribu, pueblo y lenguas (Ap. 7:9) Viviremos una experiencia inigualable al lado de nuestro Gran Pastor. En aquel tiempo ya no dependeremos del pastor que nos atendió o no; ni del que nos hizo algún desaire. Ahora, ha llegado el momento de gozar plenamente y regocijarnos con el verdadero Pastor. Sus ovejas, nosotros, estaremos a su lado; el Cordero mismo nos apacentará y cuidará de tal manera que jamás volveremos a tener sed ni hambre, ni a sufrir penalidades; el mismo Señor se encargará de enjugar cualquier lágrima que brote de los ojos. Creo, que por más que intente describir ese panorama, jamás será igualable a lo que en realidad será. Me imagino una llanura completamente verde, rodeada de ríos cristalinos, donde el murmullo de sus aguas nos arrulle y a la vez nuestro Amado Señor, haciéndonos compañía. Un remanso de paz, bienestar y tranquilidad que el ojo humano no puede describir. “En verdes prados me hace descansar” (Sal.23:2). Siempre me ha gustado sentarme en medio de un pastizal y ojalá en una cima, donde pueda contemplar la majestuosa naturaleza, obra de sus manos. ¿Cómo será entonces, aquel sitio especial escogido para sus hijos? Así pretenda, no puedo vislumbrarlo. ¿Cómo será esa luz que nos alumbrará y calentará, que no es el sol? ¿Cómo será el lugar especial que el Señor nos tiene preparado? No lo sé; pero de una cosa si estoy bien segura: nada allí, se asemejará en lo más mínimo, a lo más excepcional que hayamos logrado aquí en la tierra. ¡Será fuera de serie! ¡Como todo lo del Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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