lunes, 27 de septiembre de 2010

Exhortación a los dirigentes

Tengan mucho cuidado con lo que hacen, pues su autoridad no proviene de un hombre, sino del Señor, que estará con ustedes cuando impartan justicia. Por eso, teman al Señor y tengan cuidado con lo que hacen, porque el Señor nuestro Dios no admite la injusticia ni la parcialidad ni el soborno.
2ª. Crónicas 19:6-7.


Lectura diaria: 2ª. Crónicas 19:4-11. Versículos del día: 2ª. Crónicas 19:6-7.


ENSEÑANZA


Hay que tener mucho cuidado al ejercer el cargo que Dios le ha permitido a cada hombre: “Pues no hay autoridad que Dios no haya impuesto” (Ro. 13:1). No se puede creer que el poder lo permite todo porque tarde o temprano, Dios pedirá cuentas de ello y terrible cosa es caer en manos del Dios vivo, más cuando el daño se le ha ocasionado a uno de sus hijos. “Tengan cuidado” dice el verso 7 de estudio, para el Señor es pecado tanto la injusticia y la parcialidad como el soborno. Si es el cristiano el que está impartiendo poder y justicia, con mayor razón debe obrar con integridad bajo el temor del Señor (v. 10), sin ser piedra de tropiezo para nadie. Al contrario, su rectitud y testimonio deben servir para que los inconversos crean en el Dios que tenemos y vean también su gloria. Si hay corruptos en medio o despiadados y crueles, será el testimonio del creyente el que los llevará en últimas a voltear los ojos hacia el gran Rey. Recordemos que para Dios no hay imposibles y así sea el hombre más sanguinario o deshonesto, Él está presto a perdonar: “La mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír” (Is. 59:1). Esto me hace reflexionar sobre la muerte del “Mono Jojoy”. Sólo Dios sabe si hubo un instante en su vida, para haber volteados los ojos hacia Aquel que pagó en una cruz todo el peso de sus atrocidades y maldades. Y no podríamos catalogar por eso a Dios de injusto ¿o es que nosotros somos menos pecadores que Jojoy? Para Dios no existe exención de pecados; simplemente lo que le ofende, es pecado. Recordemos que la violencia es la causa precisamente de tanta injusticia social ocasionada entre otras cosas por la corrupción. Entonces, señores que tienen en sus manos impartir justicia, no crean que por ser de corbata y camisa van a quedar excluidos de su castigo. Es tiempo de cambio. ¡Anímense a practicar el bien!


Un abrazo y bendiciones.

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