viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Ayuno? o ¿Justicia y misericordia?

Dile a todo el pueblo de la tierra, y también a los sacerdotes: Cuando ustedes ayunaban y se lamentaban en los meses quinto y séptimo de los últimos setenta años, ¿realmente ayunaban por mí?
Zacarías 7:5.


Lectura diaria: Zacarías 7:4-10. Versículo del día: Zacarías: 7:5.

ENSEÑANZA

Nuevamente a través de Zacarías Dios vuelve a insistirle al pueblo sobre la importancia de practicar la justicia y la misericordia. Sus hijos, o sea nosotros, no sacamos nada con ayunar y darnos golpes de pecho; poner caras largas y afligidas, cuando en realidad no estamos siendo sinceros ante el Señor. ¿Cuántas cosas no hacemos por rutina o simplemente por llevar la idea? Muchas veces me he preguntado si en realidad, todos los que asisten a un ayuno, especialmente los miembros de los diferentes ministerios, ¿lo hacen de corazón o porque el líder los instiga y saben que no pueden fallar? ¿Será esta la actitud que Dios espera de sus hijos? O como dice Isaías: “¿No es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?” (Is. 58:6-7). “Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios” (Os. 6:6). Creo que cada uno puede hacer un examen de conciencia y ponerse la mano en el corazón, entender qué es lo que espera Dios de mí: (Justicia), juzgar con la verdadera justicia; (misericordia), mostrar amor y compasión los unos por los otros, no oprimir a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los pobres y empezar a actuar más por la firme convicción que por cumplir con una orden. Si Dios nos exhorta tanto en la justicia y la misericordia que debemos seguir, es porque Él no quiere dentro de su Iglesia mojigatos y santurrones que aparenten piedad, sino verdaderos guerreros que empiecen a dar testimonio en el campo en que se desempeñen, poniendo un granito de arena en este mundo que ha olvidado por completo la rectitud y la compasión.

Un abrazo y bendiciones.

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